Los taxistas de Rosario marcharon al Concejo y la Municipalidad e hicieron sentir su bronca, con quema de gomas y bombas de estruendo, en distintas partes de la ciudad, luego de iniciar en Oroño y Rivadavia una movilización que convirtió el tránsito del centro en un infierno.

Los dueños de licencias siguen reclamando un aumento de tarifas, algo que no trató el Concejo Mnicipal en la sesión de ayer. Por otra parte, los tacheros rechazan la incorporación de las 500 chapas que la Scretaría de Servicios Públicos sorteó la semana pasada.

Las dos cámaras de titulares de taxis quieren que la bajada de bandera y el precio de la ficha se actualicen con una suba. Sin embargo, no están conformes con el mensaje que el Ejecutivo envió al cuerpo legislativo local que llevaría a 2,20 pesos la bajada de bandera. Ellos quieren llevar el valor a 2,60 pesos. El tema tarifario se trataría en las reuniones parlamentarias del lunes en el Concejo y luego aprobado en la sesión ordinaria del próximo jueves.

En la movilización de hoy hubo algunos incidentes cuando la caravana se cruzó con taxistas que sí estaban trabajando. Los titulares amenazaron además con un paro.

Por otra parte, la situación tirante entre los taxistas y la intendencia se viene registrando desde fines del año pasado por la suma de 500 nuevos coches en los coches. Los taxistas sostienen que la incorporación de nuevas licencias es necesaria, pero que el número debía fijarlo un estudio de la Universidad Nacional de Rosario que no fue llevado a cabo.

A la movilización de este viernes no se sumaron los choferes de taxis porque mantienen una disputa con los titulares en demanda de mejores condiciones laborales y salariales. El Sindicato de Peones, a diferencia de las cámaras que agrupan a los titulares, apoyan la incorporación de nuevas chapas y están en contra de un aumento de tarifas.