Con la actual estructura del sistema audiovisual y su convergencia sobre la plataforma de Internet, los alumnos tienen una mayor facilidad de acceso a una cantidad muy superior de información, por lo que -de acuerdo a lo que destacan los expertos en tecnología y educación- el desafío actual consiste básicamente en estar en condiciones de desechar cierta sobrecarga de contenidos que se encuentra fácilmente en la web.
Para “enseñar a aprender” cómo establecer con esa masa de datos una relación provechosa, no basta con inducir al desarrollo de una “visión crítica” de los medios de comunicación, sino que los aportes en el aula deben asumir la condición de interactividad que distingue al lenguaje que se práctica intensamente en Internet.
En tal sentido, ya comienzan a desarrollarse experiencias en las aulas universitarias con blogs, como experimentación que va más allá de las aplicaciones de un sistema de aprendizaje on line y se encamina hacia la utilización de talleres de escritura no lineal que propicia la interacción entre los alumnos y les ayudan a explorar material complementario para la asignatura.
El trabajo individual sigue existiendo pero los aportes grupales potencian las habilidades para alcanzar acuerdos por consenso, adquiriéndose al mismo tiempo los conocimientos teóricos y las competencias para el diálogo y la discusión. Según el experto español José Luis Orihuela “los alumnos producen contenido de calidad en sus weblogs cuando escriben acerca de lo que les interesa, de lo que saben o de lo que hacen”. En cambio, las exigencias académicas relativas a “frecuencia de publicación de posts, temáticas acotadas y uso intensivo de enlaces tienden a impactar de forma negativa en la calidad de la escritura”.
Por eso uno de los principales retos docentes del momento actual es guiar en el autoaprendizaje para que los futuros profesionales puedan seguir desarrollando una formación continua. Las experiencias en curso señalan que entre los fenómenos observables cabe destacar especialmente el incremento en las interrelaciones entre estudiantes que inicialmente no se relacionaban entre sí, dado que también se valora el hecho de comentar los artículos publicados por los compañeros, tanto en sus páginas como en las clases. Además, esta interrelación se trasladaba al “mundo real” porque al leerse entre ellos descubrían afinidades comunes que de otra forma no surgían espontáneamente.
Paralelamente, de esta forma se abre la consideración a un nuevo espacio para observar reacciones, curiosidades y pretensiones para ir más allá de lo requerido por las asignaturas, en el que los alumnos no sólo son evaluados por el docente cuyos criterios están sujetos a determinados parámetros, sino también por una “audiencia” conformada por sus pares, que en muchas ocasiones resulta ser más severa que las consideraciones de la institución.
Para “enseñar a aprender” cómo establecer con esa masa de datos una relación provechosa, no basta con inducir al desarrollo de una “visión crítica” de los medios de comunicación, sino que los aportes en el aula deben asumir la condición de interactividad que distingue al lenguaje que se práctica intensamente en Internet.
En tal sentido, ya comienzan a desarrollarse experiencias en las aulas universitarias con blogs, como experimentación que va más allá de las aplicaciones de un sistema de aprendizaje on line y se encamina hacia la utilización de talleres de escritura no lineal que propicia la interacción entre los alumnos y les ayudan a explorar material complementario para la asignatura.
El trabajo individual sigue existiendo pero los aportes grupales potencian las habilidades para alcanzar acuerdos por consenso, adquiriéndose al mismo tiempo los conocimientos teóricos y las competencias para el diálogo y la discusión. Según el experto español José Luis Orihuela “los alumnos producen contenido de calidad en sus weblogs cuando escriben acerca de lo que les interesa, de lo que saben o de lo que hacen”. En cambio, las exigencias académicas relativas a “frecuencia de publicación de posts, temáticas acotadas y uso intensivo de enlaces tienden a impactar de forma negativa en la calidad de la escritura”.
Por eso uno de los principales retos docentes del momento actual es guiar en el autoaprendizaje para que los futuros profesionales puedan seguir desarrollando una formación continua. Las experiencias en curso señalan que entre los fenómenos observables cabe destacar especialmente el incremento en las interrelaciones entre estudiantes que inicialmente no se relacionaban entre sí, dado que también se valora el hecho de comentar los artículos publicados por los compañeros, tanto en sus páginas como en las clases. Además, esta interrelación se trasladaba al “mundo real” porque al leerse entre ellos descubrían afinidades comunes que de otra forma no surgían espontáneamente.
Paralelamente, de esta forma se abre la consideración a un nuevo espacio para observar reacciones, curiosidades y pretensiones para ir más allá de lo requerido por las asignaturas, en el que los alumnos no sólo son evaluados por el docente cuyos criterios están sujetos a determinados parámetros, sino también por una “audiencia” conformada por sus pares, que en muchas ocasiones resulta ser más severa que las consideraciones de la institución.


