El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, condenó este lunes los recientes actos de violencia del narcotráfico en Río de Janeiro, que han dejado hasta ahora 17 muertos, y prometió "limpiar la suciedad" que afecta la imagen del país y de la ciudad sede de los Juegos Olímpicos de 2016.

"Vamos a limpiar la suciedad que personas inconsecuentes le causan a la imagen de Brasil, pero llevará tiempo resolver la violencia que generan estas bandas de narcotraficantes", comentó Lula en Sao Paulo en una rueda de prensa que dio con su homólogo colombiano, Álvaro Uribe, con quien hoy trató asuntos comerciales.

Unos enfrentamientos que comenzaron el sábado entre policías y narcotraficantes en una favela de Ríos de Janeiro dejaron 17 personas de ambos bandos muertas, así como ocho heridos, seis de ellos policías, y ocho autobuses incendiados por los delincuentes.

Además, en los incidentes, un helicóptero de la policía fue derribado por los delincuentes, hecho que causó la muerte de tres de los agentes que estaban en el aparato.

"Yo no puedo tener otras palabras que no sean las de condenar lo que pasó, en todos los aspectos. Nosotros estamos reponiendo el helicóptero que fue derribado y queremos colocar uno blindado para dar más posibilidades para la policía combatir el crimen", expresó Lula.

El gobernante manifestó que el nuevo helicóptero se usará para "perseguir y encontrar a quien cometió ese acto de violencia con la quema de autobuses, la muerte de personas y, sobre todo, la muerte de policías".

De otro lado, el gobernador de Río de Janeiro, Sergio Cabral, anunció hoy que, en una conversación telefónica con Lula, este se comprometió a desembolsar en las próximas semanas recursos por 100 millones de reales (unos 58,8 millones de dólares) para equipar a las fuerzas regionales de seguridad.

"Cuando se tiene un conflicto de esa magnitud entre bandas, muchas veces quien paga son los inocentes. Todo lo que el gobernador necesite estamos dispuestos a darle", apuntó Lula.

Los frecuentes enfrentamientos entre bandas de traficantes de drogas por el control de puntos de venta de sustancias ilícitas en las favelas y los tiroteos entre los delincuentes y la policía han convertido a Río de Janeiro en una de las ciudades más violentas de Brasil.

Los incidentes del sábado generaron pánico en Río de Janeiro y las imágenes de la violencia fueron retransmitidos por redes de televisión de todo el mundo dos semanas después de que la ciudad fuera escogida como la sede de los Juegos Olímpicos de 2016.

Según la prensa local, los disparos que alcanzaron el helicóptero pusieron en duda la capacidad de la policía para perseguir los grupos criminales y retomar el control de las cerca de mil favelas de la ciudad para garantizar la seguridad durante los enfrentamientos.

Fuente: EFE