Se sacó un peso de encima. Leonardo Madelón sufrió como una verdadera cuchillada la derrota de su equipo ante Gimnasia, oscura actuación de Central luego de aquel buen debut ante Boca en el mismo escenario del 2 a 0 de este sábado. Pero se despojó de esa mochila con dos gritos bien estruendosos ante Independiente, que le reportaron no solo tres puntos tan necesarios como el agua para vivir (o sobrevivir en la categoría), sino también una cuota de credibilidad: el propio Madelón dijo el jueves, convencido, que al Rojo le iban a ganar.
“Central le gustó mucho a la gente por ganar dejando el alma, con mucho orden y unos huevos bárbaros”, arrancó la conferencia con la felicidad marcada a fuego en su rostro. “Dije y sé que lo de la semana pasada ante Gimnasia fue un error. «Dios es hincha de Central», les dije a los jugadores ese día, «porque nos pasó esto cuando recién van dos fechas. Tenemos todo el torneo para mejorar». Mejoramos y ganamos”, abundó.
Tácticamente, para Madelón, Central hizo un partidazo: “Teníamos que tratar de robar la pelota y llevarla para el lado de Mareque, donde más desprotegidos estaban. Hicimos los goles en los momentos justos, y la fortuna estuvo de nuestro lado en algunas jugadas como la del primer gol o la del travesaño de Rodríguez”, aceptó el oriundo de Cafferatta. “Este equipo es el más parecido al que jugó con Boca; esta es la base del equipo que quiero. Hay que ganar como sea; con uno menos, hicimos un trabajo táctico muy bueno, y terminamos ganando bien”.
Párrafo aparte mereció la actuación de Arzuaga, el artillero colombiano que con sus goles construyó la victoria: “El Negro deja el alma”, dijo Madelón. “Se cargó un poco físicamente pero corrió, dejó todo. Y le vienen bien los goles en la parte anímica. Lamentablemente lo tuve que sacar para compensar la expulsión de Borzani”, confesó.
Por último, admitió seguir de cerca la actualidad de los equipos que pelean con Central por la permanencia; pero dejó claro que a él solo lo preocupa el presente de la formación que conduce: “Hay que hacer cuentas, pero a Central le conviene que ande bien Central. Si logramos una buena seguidilla de triunfos, nos olvidamos de los demás”. Y dejó al fin una frase que resume su “filosofía de emergencia” ante semejante aprieto en el que la tabla del promedio somete a Central: “Si no se juega lindo, hay que jugar con el alma”. Más claro, echale agua.
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