En la fría tarde de este lunes, se produjo el encuentro entre dos de las piezas más importantes de Rosario Central: el presidente y el entrenador del plantel profesional. Horacio Usandizaga, dirigente número uno, y Leonardo Madelón, conductor del equipo principal, se reunieron en la casa del primero con el fin de analizar el preocupante presente canalla en relación a los promedios, y de aclarar el panorama en cuanto a la continuidad del DT, oscurecido por algunos rumores que hablaban de un supuesto despido.
Según trascendió, en ese cónclave, del que también participó Fabián García, ayudante de campo de Madelón, el Vasco les ratificó a los miembros del cuerpo técnico la plena confianza en el trabajo que están realizando, y echó por tierra los trascendidos que insinuaban la salida de Leo y su gente. El mandamás les aseguró que no hay plazos de ningún tipo, y que las versiones que corrieron como reguero de pólvora tras el 1-3 ante San Lorenzo fueron pura especulación periodística.
Pero el ex intendente de la ciudad no tomó la determinación de avalar al actual técnico por una cuestión de resultados. Si bien la cosecha de unidades desde su arribo no es mala (17 puntos de 36 en juego, cuatro victorias, cinco empates y tres derrotas desde su asunción en la fecha 18 del torneo pasado), el último par de caídas debilitó bastante la imagen de Madelón entre los hinchas, y eso Usandizaga lo sabe. Sobre todo caló hondo en el ánimo de la gente el 0-1 ante Newell´s, por tratarse del clásico de la ciudad, y más que nada por la forma en la que Central cayó ante la Lepra.
Pero la pregunta que el directivo no se pudo responder, y que al cabo motivó la decisión de insuflarle oxígeno al ciclo actual, es la siguiente: ¿Quién viene si se va Madelón? Sabe la Comisión Directiva auriazul que con el equipo en zona de Promoción, y con la temporada en estado avanzado, no hay en el mercado de técnicos buen material disponible. Soñaron con Miguel Ángel Russo, pero se trató solo de una fantasía. Y del resto que podría aterrizar en Arroyito, ninguno asegura de antemano que podrá hacer las cosas mejor.
Por ende, parece que por ahora Leo seguirá timón en mano tratando de enderezar el rumbo del barco canalla, que necesita de un capitán con personalidad e ideas claras como para evitar el naufragio. Eso sí: es una verdad de Perogrullo que el fútbol se rige por los resultados, y si en las próximas tres fechas (ante River, Estudiantes y Racing, nada menos) la “recaudación” de unidades no es suficiente como para entrar en la recta final con buenas posibilidades de zafar, allí sí no habrá titubeos para cambiar el mando. Usandizaga y compañía esperan que no haya necesidad de pegar un último manotazo de ahogado.
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