Malika el-Aroud tiene 48 años. Por las calles camina tapada de una túnica negra y pasa casi desapercibida junto a las mujeres que la secundan. Sin embargo, es detrás de su bitácora desde donde marca la diferencia. La mujer escribe en francés, con el seudónimo Oum Obeyda y ya es una de las más destacadas militantes de la jihad (guerra santa) en Europa.
El-Aroud no sólo se ha vuelto famosa entre los fanáticos de los foros extremistas donde difunde su mensaje de odio hacia el mundo occidental. También es conocida entre los funcionarios de inteligencia de toda Europa, que la identifican simplemente como “Malika”, una musulmana que está al frente del movimiento femenino que aboga por un rol más importante para las mujeres en una guerra global en la que predominan los hombres.
Ella se define como una combatiente de Al-Qaeda. Insiste en que no difunde instrucciones para fabricar bombas y en que no tiene la menor intención de tomar las armas. En cambio, alienta a los hombres musulmanes para que luchen y convoca a las mujeres a sumarse a la causa.
“Mi misión no es detonar bombas; eso es ridículo”, dijo en una poco frecuente entrevista. “Tengo un arma: la palabra. Esa es mi guerra santa. Lo que se escribe también puede ser una bomba", añadió.
Las autoridades han notado un incremento en el número de ataques suicidas perpetrados por mujeres. El Pentágono informó que 18 mujeres cumplieron misiones suicidas en Irak este año, en comparación con ocho el año pasado. Y advirtió que existe un menos violento pero más insidioso ejército de mujeres que planifican, recaudan fondos, se dedican a la docencia o a la traducción. Son las que se suman a sus maridos en la lucha u ocupan su lugar si son encarcelados o mueren en combate.
El-Aroud comenzó a cobrar notoriedad gracias a un hombre. Dos días antes de los atentados del 11 de Septiembre, su esposo perpetró, a instancias de Osama ben Laden, el atentado en Afganistán en el que murió el jefe antitalibán Ahmed Shah Massoud. Cuando su esposo fue abatido, emprendió la lucha en Internet como viuda de un mártir.
Volvió a casarse y, junto con su nuevo esposo, fue condenada en Suiza por promover la causa de Al-Qaeda. Ahora, sospechan las autoridades belgas, El-Aroud forma parte de una trama para perpetrar un atentado en Bélgica.
"En el islam los hombres son más poderosos que las mujeres, pero yo demuestro que lo importante es temer a Dios, y a nadie más", señaló. "Hay hombres que no quieren decir lo que piensan; tienen miedo. Yo hablo incluso cuando me meto en problemas."


