Dos centenares de alumnos de primaria y secundaria de la escuela Lowe Middle School, ubicada cerca de la ciudad sudafricana de Petroria, recibieron en medio de una algarabía fenomenal al seleccionador argentino, Diego Armando Maradona, que llegó al colegio escoltado por la policía local.

Se trata de una escuela modesta situada a unos 30 kilómetros de Pretoria, en Garankuwa, uno de los tantos "township" o asentamientos urbanos que crecieron en toda Sudáfrica durante el régimen del "apartheid" y que en la actualidad están habitados casi exclusivamente por personas negras, muchas con muy pocos recursos económicos.

"Todo lo que pueda decir es poco, no tengo palabras para agradecerles el cariño que me han dado", dijo a los niños que coreaban su nombre un emocionado Maradona bajo un sol que caía a plomo a primera hora de la tarde.

Cundía el nerviosismo entre la muchachada pero entre todos destacaba un grupo que vestía la albiceleste, la misma camiseta que desde hace diez años luce el equipo escolar en cada temporada gracias al apoyo de la embajada argentina en Pretoria.

Para todos estos niños, no hay duda, Argentina ganará el Mundial y lo hará gracias a Maradona, "la leyenda", como fue presentado por las autoridades locales en medio del alborozo de los niños, a los que la "mano de Dios" prometió regresar.

"En cada abrazo, en cada beso, en cada apretón de manos sentí que tenía un amigo, por eso estoy aquí y no va a ser la última vez, yo voy a seguir estando muy cera de ustedes", dijo Maradona antes de regalar balones y material deportivo a los jóvenes que se agolpaban para verlo cuanto más cerca mejor.

Duró poco el acto, entre otras cosas porque Maradona llegó tarde: "No pude venir antes por culpa de una sanción", dijo irónicamente el técnico argentino en referencia a la suspensión de dos meses que le impuso la FIFA.

De camino a la furgoneta escoltada, Maradona, entre una nube de curiosos, cámaras y policías, aún comentaba extrañado: "Estos chicos ni siquiera me han visto jugar y mirá cómo me han recibido".

No será el último acto solidario de Maradona durante su visita a Sudáfrica, sino que hará algo parecido el jueves, la víspera de su partida, esta vez en Soweto, el 'township' más famoso de Sudáfrica por su activismo contra la segregación racial.

Ese mismo día visitará el técnico argentino el Soccer City, el estadio más imponente del país, en el que se entregará el trofeo tras la final del Mundial que aspira a conquistar Argentina, selección que no se alza con el título desde 1986 en México, cuando Maradona era su capitán.