El director Marcos Carnevale estrenó este jueves la película Corazón de León, que tiene a Guillermo Francella y Julieta Díaz en los roles principales. El film, que tuvo un buen arranque en las salas, expone en tono de comedia hasta qué punto los prejuicios y las exigencias sociales encorsetan no sólo la felicidad propia, sino también la ajena.

En concreto, la historia tiene como protagonista a León, un exitoso arquitecto divorciado y con hijo veinteañero, que encuentra un celular en la calle. Al intentar devolverlo, se encuentra con que la dueña del teléfono es una hermosa abogada, también divorciada

Los dos se atraen pero, a la hora de quererse, surge un “problema”: él mide 1.36 m de altura.

Si bien el realizador ya trabajó desde otros lugares la temática -en Elsa y Fred, abordó la vejez, y en Anita, la discapacidad- esta vez, con la decisión de "achicar" a Francella, la intención se volvió más literal.

Para poder plasmar ese efecto en la pantalla grande, el film -que es una coproducción con Brasil- supuso una inversión de más de diez millones de pesos.

Horas antes del estreno, Marcos Carnevale habló con Rosario3.com sobre la cinta que se llevó casi el 39% de la taquilla del jueves, con casi 40 mil espectadores, según datos de Ultracine.

— Corazón de León recupera en tu filmografía un planteo crítico sobre la mirada de los otros ¿Por qué elegiste la estatura?

— Quería recuperar el tema de los prejuicios que todos tenemos en esta sociedad. Si sos varón, tenés que medir 1.80 m, tenés que ser buenmozo y delgado, pero no demasiado. Además, tenés que  vivir en determinados barrios. Bueno, es infinita la lista. Y al mismo tiempo, nos convertimos en jueces de los demás y de nosotros mismos, que caemos en una autoexigencia feroz. En Corazón de León, una mujer conoce al hombre ideal, pero le faltan 40 centímetros. Es un pequeño detalle para ella pero es enorme para los demás, si se piensa en los mandatos sociales.

— La exigencia del cuerpo perfecto los afecta a los dos

— Es una mujer que disfruta de él en la intimidad, a escondidas. Pero cuando tiene que salir con él, sentarse en un restaurante, presentárselo a  su mamá o a sus amigas, se le complica. Todo porque está la mirada del otro, que es tremendamente condenatoria, porque se preguntan: «¿Qué hace esta mujer tan linda con un enano?».Y eso llevalo al plano de las religiones, de las elecciones sexuales, de un estrato social, etc.

— En esta oportunidad elegiste llevar el prejuicio hasta la exageración

— Lo hice así, con una persona de talla baja, para que sea notorio, para que salte inmediatamente Fue un desafío enorme achicar a Guillermo. Yo quería un actor popular, que pudiera trabajar el drama y la comedia. Básicamente, la película es una comedia, pero que tiene mucho contenido emocional. Para Guillermo (Francella) y para mí supuso un enorme riesgo porque en Argentina no hay un antecedente en la materia, afectando a un actor en particular. Pero bueno, lo logramos  y salió perfecto.

— ¿Siempre tuviste en la cabeza a Guillermo Francella para encarnar a León?

— En realidad, es una idea que tengo hace quince años de hecho, había  esbozado un guión con Betiana Blum, pero como no existía la tecnología para desarrollarla y porque yo tampoco tenía el background como director para que los productores realizaran tremenda inversión, ni siquiera me puse a desarrollarlo. Y cuando se conjugaron estas dos cosas, algunas películas dirigidas y la tecnología, lo fui a ver a Guillermo con la idea y le encantó. Así que hicimos unas pruebas para ver cómo quedaba el enano y bueno, salió todo bien. Me parece que para un actor hacer un personaje como este es increíble.

— ¿El humor te dio otra libertad para abordar la temática?

— Te permite abordarlo de una manera más relajada, más anestesiada, si querés. El humor te distiende. Igual, hay un momento en la película en el que dejás de reírte y ahí entendés qué le pasa a ese hombrecito. Sin el humor, hubiese sido un drama muy oscuro. De hecho, me preocupé porque fuera un enano glamoroso, con una vida muy iluminada, muy viva.

— Desde Elsa y Fred venís filmando una película cada dos años ¿Ya tenés definido el próximo proyecto?

—Tengo varias ideas, pero todavía no hay nada definido. Es más, por mi forma hiperkinética de ser ya estaba con ganas de escribir algo, pero frené.

— ¿Mayor cuota de comedia o de drama?

— Bueno, viste que yo filmo mezcladito, como la vida misma. No busco un género en particular.

— ¿Qué tan prejuiciosos somos los argentinos?

— Muy. No sé por qué, pero a diferencia de otros países, somos muy mirones. Nos comparamos con los demás y somos criticones. Está bravo. Un poco la intención de la película es esa, no digo cambiar las cosas porque eso sería como muy pretencioso pero, por lo menos, darnos cuenta de que no está tan bueno ser así.