De acuerdo a las cifras entregadas por la Municipalidad de Rosario, en vacaciones de invierno más de 25 mil personas eligieron visitar el Monumento Nacional a la Bandera. Historia, arquitectura, dibujos, recorrido lúdico, visitas guiadas, obra de teatro, fotos, paseos recreativos por las escalinatas y una mirada única desde  la torre, fueron las actividades que ofreció el símbolo más representativo de nuestra ciudad.

Las propuestas de vacaciones estuvieron organizadas por el municipio a través de la dirección Cultural del Monumento a la Bandera. Rosarinos y visitantes de otras ciudades y provincias pasaron por el edificio emplazado junto al río Paraná.

Desde la Municipalidad destacaron que el Monumento es un espacio transitable, de recorrido permanente, que tiene mucho espacio público por donde los transeúntes pasan o se detienen a contemplar. Es un lugar privilegiado rodeado del Parque nacional a la Bandera frente al Paraná.

La Galería de Honor de las Banderas de América es el lugar donde a diario las personas se concentran y viajan por la cultura de cada nación representada con su pabellón, escudo, himno y flor nacional. Un espacio que simboliza la hermandad de las naciones americanas libres.

El mirador de la torre fue y es el sitio de mayor atracción turística y el más elegido por los visitantes más jóvenes. Allí encuentran una vista panorámica única, que abarca desde la costa del río Paraná, sus islas desde, el puente Rosario Victoria hasta el puerto de la ciudad.

Durante el receso escolar, el espacio al aire libre del Patio Cívico que se presenta como un escenario único y natural, y el Parque Nacional a la Bandera fueron los espacios que los visitantes eligieron para tomar mates, hacer un picnic y tomar miles de fotos registrando la inmensidad del Monumento en cada uno de sus detalles.

Una de las propuestas más interesantes fue el recorrido lúdico “Una asombrosa aventura por el Monumento”, que acercó a la historia a una multitud de chicos junto a sus padres en una jornada en la que los más pequeños se apropiaron de este espacio a través del baile, la música, el dibujo y la escritura, tropezando con un apasionante recorrido puesto en escena.

“La gente admira este emblema nacional, caminan, pasan y se detienen a contemplar las esculturas de Lola Mora a lo largo del Pasaje Juramento. Los rosarinos pasan porque el Monumento está ahí, pero es el lugar que eligen una y otra vez para festejar, para encontrarse. Es un lugar que iguala y nos ubica en un mismo espacio, que nos hace visible frente al mundo. Es un espacio que convoca en sí mismo”, destacó el director Cultural del Monumento, Hernán Colautti.