El calor, el viento, la sequía y quizás la mano del hombre produjeron, este fin de semana, un cóctel fatal que terminó con miles de hectáreas de campo quemadas en Santa Fe. En tanto, en Rosario se respiró el humo proveniente de las islas entrerrianas donde también se queman pastizales y en Córdoba y en San Luis, los bomberos continuaron trabajando para aplacar las lenguas ardientes que ya devoraron parte de la flora.

Desde Venado Tuerto, donde aún este lunes los bomberos peleaban sobre la ruta 14, cara a cara con el fuego, la intencionalidad de los incendios es vox pópuli. “Desde que comenzó el conflicto con el campo venimos siendo acosados por este tipo de incendios en donde hay testigos que declaran en la policía que un tipo se bajó de una camioneta y prendió fuego”, lanzó por Radio 2, el jefe de Bomberos de la localidad, Daniel Romos.

“Está toda poblada la zona rural y hay posibilidades de que haya testigos ante este tipo de hechos”, remarcó y precisó en tono de sospecha: “Se habla de un automóvil rojo y de una Ford Ranger que recorren la zona”.

La misma teoría maneja el director de Defensa Civil de Rosario, Rául Rainone quien, en relación a los incendios que afectan los campos en las islas entrerrianas -cuyos residuos llegan a la costa rosarina- señaló: “Hay causas intencionales. O no se quiere controlar o no se puede controlar pero la situación de otros años se está repitiendo”

Calor, sequía y siembra directa en contra

Sin embargo, en ningún caso hay responsables identificados y se sigue repitiendo esta práctica que cuenta con aliados difíciles de sortear: el calor, la sequía y la nueva forma de siembra directa. Así lo explicó Romos en diálogo con el periodista Luis Novaresio: “Se complicó porque no llovió. Estos incendios llamados nuevos se dan con este tipo de labranza de siembra directa que deja una capa orgánica en el suelo que se mantiene y hace una continuidad de fuego que no se puede detener. Antes era controlable pero ahora con estas características los fuegos cruzan rutas y caminos”.

Raúl Million, el jefe de Bomberos de San Gregorio, aseguró en tono de alivio que la lluvia de esta mañana colaboró en la reducción de las llamas del incendio desatado el viernes pasado en Christophen. “El calor y el viento que soplaba favoreció al fuego y se hacía imposible detener las llamas en esas condiciones”, observó.

En cuanto a los incendios registrados en Entre Ríos y que son sentidos en Rosario y zona aledaña, Rainone sostuvo: “Es la historia de siempre, los campos están muy secos y controles prometidos no dan resultado”. El funcionario mostró consternación ante el avance del fuego en las islas: “Desde el helicóptero del Plan Nacional de Fuego es impresionante ver estas lenguas de fuego con tanta extensión”.

En cuanto a la responsabilidad del gobierno entrerriano en el asunto, indicó: “Enntre Ríos deberá tomar cartas en el asunto. Evidentemente todo lo que se habló en estos tres, cuatro años es cierto, es difícil de controlar pero pero la situación se está repitiendo”, finalizó.