La violencia en Irak es imparable. Los muertos y heridos se multiplican cada día. Este martes fueron al menos 62 personas las que perdieron la vida, 45 de ellas por ataques contra peregrinos chiítas en el último día de la Ashura, la más importante celebración de esa rama del islam.

El primer ataque contra los hombres de esa rama del Islam se produjo en la localidad kurda de Janaqin, próxima a la frontera con Irán, donde el estallido de un bomba colocado en un contenedor de basura mató a 13 personas, entre ellas dos mujeres y un niño, e hirió a otras 39.

El segundo atentado, que causó la muerte de 23 personas y heridas a otras 60 en una mezquita de Dur Mandali, 80 kilómetros al noreste de Bagdad. Según fuentes policiales, un atacante suicida detonó un chaleco explosivo que llevaba adosado al cuerpo, informó la agencia italiana ANSA.

A su vez, en Bagdad se produjeron varios ataques contra chiitas que iban o regresaban de la celebración de Ashura.