La madre de todas las batallas, la provincia de Buenos Aires (que concentra casi el 40 por ciento del padrón), convirtió en este primer capítulo –el definitivo será en octubre– a Sergio Massa en la estrella de la elección: con el 35 por ciento de los votos le sacó 5 de ventaja al oficialismo Martín Insaurralde. Una ventaja mayor a la que Francisco de Narváez le sacó cuatro años atrás a Néstor KIrchner. El Colorado quedó esta vez cuarto, detrás de Margarita Solbitzer y Ricardo Alfonsín del Frente Cívico y Social.
El enflaquecimiento de De Narváez explica de alguna manera la victoria de Massa. Porque no se puede decir que, con casi 30 puntos, sea una mala elección la de Insaurralde, que tiene margen para crecer de cara a octubre. Pero los números evidencian que hubo "voto útil" opositor que fue hacia Massa, para garantizar la derrota del oficialismo, en perjuicio del diputado de origen colombiano.
Como sea, Massa celebró el triunfo con su sonrisa más amplia y se aferró a su estrategia discursiva de evitar la confrontacion.
"Hemos dado el primer paso hacia octubre, en la construcción de un nuevo frente político", manifestó Massa.
"Hoy empezamos a recorrer un nuevo camino, que tiene que ver con convocar a todos los sectores de la sociedad para tratar de dar vuelta una página más de nuestra historia política", agregó, acompañado por sus hijos.