La abuela de Facundo Burgos, el chico de 12 años asesinado por la Policía de Tucumán de un balazo por la espalda cuando circulaba en una moto el pasado jueves a la madrugada, escribió una conmovedora carta. "Nada hubiera justificado lo que hicieron, pero mi nieto no robaba, ni manejaba un revólver, como inventa la Policía", señala Mercedes del Valle Ferreira. 

"Había terminado la primaria en la escuela Miguel Lillo con muy buenas notas y estaba por arrancar su nuevo ciclo en la ENET Nº5. Ya tenía todos los útiles, la mochila preparada y su ropa lista. Es más, acabábamos de comprar unos zapatos que no le gustaban para nada, pero los necesitaba para arrancar el colegio", añade.

"El miércoles a la noche -continúa su relato-, Facu salió en moto con Juan, un amigo dos años más grande, para ir a ver las picadas en el Parque 9 de Julio, como es común acá entre los changos… Al regresar, pasada la medianoche, unos uniformados les dispararon a quemarropa, así, ¡a quemarropa! No existió ningún enfrentamiento. Y en cuanto nos enteramos, salimos corriendo al hospital, donde nos recibieron con mentiras los voceros arreglados con las Fuerzas. “Sufrió un accidente vial”, nos dijeron. Y minutos después, la tomografía nos anunció que había fallecido por el tiro de un arma 9 milímetros".

Mercedes cuenta que "Facu soñaba ser como Messi, para poder comprarle una casa a su mamá, que vive en Santa Fe". "¡No podrá! Me parece verlo ahora, jurándonos que algún día nos iba a comprar “una mansión, para poder vivir mejor”. Lo pienso y todavía no entiendo. ¿Cómo que no volveré a ver a mi nieto? ¿Cómo que no volverá a correr hasta mis brazos, gritándome "Pachona, Pachona"? ¿Cómo que lo mataron, si nunca nadie dijo nada malo de mi negrito?", sigue.

El texto, que fue publicado por en el Facebook de la revista La Garganta Poderosa, cierra: "No entendemos y nunca podremos entender por qué hicieron lo que hicieron, pero no van a detenernos hasta que no se haga justicia, para que mi nietito pueda descansar en paz".

Gatillo fácil

Facundo Burgos iba en una moto junto a un amigo cuando fue asesinado de un balazo en la nuca luego de que la Policía de Tucumán intentara detenerlos por “circular de forma sospechosa”. 

El conductor, Juan, un chico de 14 años, terminó con una herida leve en la cabeza causada por la bala que salió por la frente su amigo fallecido. “A mi amigo lo mataron los policías, yo me salvé por milagro”, aseguró Juan al diario La Gaceta.

Según la versión del gobierno tucumano, motoristas del 911 qu. patrullaban por la zona del parque 9 de Julio divisaron a tres motocicletas que “circulaban de forma sospechosa”. Cuando los agentes “iniciaron la persecución”, los jóvenes habrían comenzado a “hacer disparos con armas de fuego” y eso fue “lo que obligó al personal policial a repeler la agresión”.

Juan sostiene lo contrario y relata que él y su amigo fallecido volvían de una picada de motos que se corre en una vieja terminal de colectivos, cuando se les cruzaron tres motos perseguidas por policías. Al llegar al cruce de Avellaneda y Río de Janeiro, su amigo cayó baleado y él herido en la pierna y en la cabeza.