Al igual que De la Guarda, que el año pasado realizó en la ciudad un mes de funciones en forma ininterrumpida, Mayumana es un fenómeno cultural convocante. Humor, música y baile se conjugan en un espectáculo que requiere de un espectador atento que, al mismo tiempo, quiera dejarse atrapar por el seductor espectáculo que estos acróbatas del ritmo proponen en el escenario. Imposible no salir del teatro marcando el ritmo de la música con los pies. Ese es el encanto.

En los apenas cinco días de visita en la ciudad, la agrupación israelí tiene pautadas siete funciones. Eran cinco, pero agregaron dos ante la creciente demanda de entradas de los rosarinos. Muchos de los que fueron a comprar tickets ya vieron el espectáculo de Mayumana, pero no les importa. Quieren volver a disfrutar de ese extraño fenómeno. El boca a boca se encargó del resto. 

Algunos tuvieron suerte. Es que a las presentaciones formales Mayumana le sumó además este jueves un show en vivo al aire libre. El lugar elegido fue la plaza Pringles, donde un remolino de curiosos se apostó para disfrutar de las originales coreografías que, condimentadas con mucho ritmo y humor, ofreció en forma gratuita el conjunto israelí.

Había hombres de traje que se escapaban de las oficinas para almorzar algo en los bares de la zona, también  chicos de colegios cercanos que se acercaron al escuchar música, incluso empleados de negocios de la zona del Paseo del Siglo que también se animaron a tomarse un break para ser parte del espectáculo que propuso Mayumana. Nadie quería quedarse afuera.