Desde que el presidente del Banco Mundial, Paul Wolfowitz, lució unas medias rotas durante su visita a la mezquita Selimiye de Edirne, Turquía, fueron muchas las repercusiones. Ahora, fue un regalo el que puso aquel episodio del domingo pasado una vez más sobre el tapete.

El obsequio fue, claro, un nuevo par de calcetines. Y fue una firma turca que fabrica ese artículo la que aprovecho para señalar que si el presidente del Banco Mundial, quien gana unos 300.000 euros al año, hubiera usado sus medias y no las de origen chino que mostró ese día, no le habría ocurrido el incidente que dio la vuelta al mundo.

Los turcos aprovecharon el papelón de las medias agujereados que se le vieron a Wolfowitz cuando se quitó los zapatos para visitar la mezquita, para hacer una acción de marketing y posicionar su marca.

El sitio 20minutos.es publicó que el vicepresidente de la Asociación de Productores de Calcetines de Turquía CSD, Umit Ozuren, aseguró que "no habría tenido problemas de este tipo si hubiera llevado un producto turco".

Wolfowitz recibió el consejo de Ozuren de que tanto él como otros altos cargos podrían evitar semejantes escenas penosas si aumentase el consumo de calcetines turcos en los EEUU.