Una médica residente denunció a un jefe de pegarle una cachetada en el marco de una práctica profesional debido a un error que cometió con una paciente. La joven se especializa en ginecología y debió cambiar el hospital en donde desarrolla su práctica por miedo a represalias y además, porque algunas compañeras se enojaron porque hizo público el accionar del profesional.

De acuerdo a lo que publicó el sitio Infobae.com, una médica de 30 años llamada Belén denunció que mientras realizaba la residencia de tocoginecología en el Hospital Ramos Mejía fue aboteada por el jefe de la Unidad de Internación Ginecológica. "Me puse nerviosa y me equivoqué. Le pedí disculpas pero me pegó un cachetazo delante de todos”, sostuvo. Denunció el hecho, que ocurrió el 30 de junio de 2017, ante las autoridades del hospital, en el Ministerio de Salud y penalmente.

"Yo era nueva, hacía un mes y pico que había empezado. Esa mañana me tocó hacer el pase de sala. Es decir, debía ir cama por cama a evaluar a las pacientes internadas para transmitir, luego, los datos importantes al médico”, comenzó su relato. “En la primera cama había una paciente que se iba a operar por un quiste de ovarios. Yo tenía que decirle al Dr. Ramiro Fuleston, que era el jefe de internación ginecológica: 'La paciente tiene tal edad, tales antecedentes, está internada por tal cuestión'", continuó.

Belén se equivocó. "Tenía todo anotado pero me puse muy nerviosa y, cuando me preguntó si tenía cirugías previas, dije que no. Pero la paciente interrumpió y dijo 'sí, me operaron de apendicitis cuando era chica". Cuando terminamos con el resto de las pacientes de la sala, él se me acercó y me dijo: "Tenía una apendicectomía". Le contesté: 'sí, disculpe doctor, me equivoqué'. Y me pegó un cachetazo", detalló.

Belén dice que se quedó "helada" y que una colega que estaba al lado (residente de tercer año) "saltó": "Le dijo 'doctor, usted no puede hacer eso, por eso los residentes se van de este hospital'. Y él entonces se enojó más y me dijo: 'Encima estoy perdiendo el tiempo enseñándote, porque te vas a ir'". Esa médica fue citada a declarar pero dijo que no había visto nada.

La joven declaró que fue hasta "la pecera" donde guardaban las historias clínicas y se puso a llorar cuando otra colega, residente de cuarto año, le preguntó qué le pasaba. "Ella me dijo: 'a mí me pegó ayer. Lo que tenés que hacer es decirle 'doctor, no me pegue'". Esa médica también fue citada a declarar y admitió que vio llorar a Belén pero que no había visto ninguna marca en su rostro que diera cuenta de que había sufrido una agresión.

A medida que fueron pasando las horas "me fueron cayendo las fichas de lo que había pasado -sigue-. Caminaba por los pasillos y lloraba, me sentía muy humillada". Según su relato, después se acercó la instructora de residentes: "Me dijo que el año anterior también le había pegado a ella durante una operación". Según las declaraciones testimoniales a las que accedió Infobae, la instructora de residentes confirmó que a ella también le había pegado en 2016. La Justicia, sin embargo, omitió ese dato de contexto.

Al día siguiente, Belén tuvo una ingrata sorpresa. “Ya se habían enterado todos. En la guardia, una médica me dijo que eso venía pasando hacía tiempo y que dos residentes se habían ido por eso. Nadie se animaba de denunciarlo", lamentó. La instructora de residentes contó ante la Justicia que en el hospital organizaron una reunión en la que el médico "pidió disculpas". Sin embargo, ante la Justicia, el médico negó haberle pegado.

"Como no hubo ningún tipo de sanciones, yo pensé: 'Nadie va a hacer nada y él lo va a seguir haciendo'". Belén fue a hacer la denuncia en el Ministerio de Salud pero la decisión cayó pésimo entre sus compañeras: "Se enojaron, me dijeron: '¿Qué tenés que andar diciendo lo que nos pasó a nosotras?'. Dijeron que yo era una exagerada".

Una semana después Belén sufrió un ataque de pánico. "Tenía miedo de volver a cruzarme con él y se había sumado la hostilidad de mis compañeras". La suma de los factores la llevó a pedir el traslado al Hospital Penna. Tres meses después del episodio hizo una denuncia penal por "lesiones y amenazas coactivas"(sostuvo que él le había dicho que no la promocionaría de año si lo denunciaba).

La única que declaró haber visto la agresión fue una paciente de 50 años, que aquel día le había dejado sus datos en una nota. La nota dice que presenció cuando el médico la "abofeteó" y luego dice, de puño y letra: "No al maltrato, no a la violencia de género".

¿Justicia?

La Justicia determinó que una bofetada no constituye una lesión si no provocó un daño o dejó una secuela. Como no había informes médicos que certificaran el daño en la salud mental de Belén y como nadie le había visto marcas, no había lesión.

La resolución expresa que que ella sólo había descrito episodios de angustia, un ataque de pánico y problemas de concentración, es decir, "diversos estados de ánimo". Y que "el solitario relato" de la paciente que vio la cachetada contrastado con la inexistencia de un informe que les permitiera verificar las lesiones, llevaba a un solo camino: el sobreseimiento.

"No les hicieron pericias psicológicas a ninguno de los dos, sólo se sacaron el problema de encima", opina Gustavo Bendersky, médico y abogado de Belén.

Ahora le iniciaron un juicio civil por daños y perjuicios. "Quiero demostrar la pérdida de chance que significó lo que le pasó. Ella eligió un hospital para formarse por su buena reputación y tuvo que irse a otro. Él se quedó", explica. "No se puede hacer Medicina sin interactuar con colegas, con tantas horas de guardias. Y Belén pasó a sufrir la hostilidad de muchas. Un incidente de este tipo en plena formación puede corroer tu autoestima, paralizarte y exponerte a cometer errores serios", completó.

Belén tiene resto para continuar, a pesar de los sufrimientos vividos: “Entendí que tenía todos los elementos de una situación de violencia de género. No fue una pareja pero fue un hombre con jerarquía en un ambiente lleno de mujeres. Pasó todo lo que suele pasar, dijeron todo lo que se suele decir: '¿para qué vas a denunciar?', 'te va a jugar en contra', 'vas a quedar como una quilombera', 'sos una exagerada'. 'lo estás inventado todo'. Basta", cerró.