Cientos de jóvenes mexicanos tomaron este miércoles las calles de Tixtla para exigir el esclarecimiento de la desaparición de 43 alumnos de la Normal Rural de Ayotzinapa hace casi un año en Iguala, mientras que grupos de maestros se apoderaron de varios edificios oficiales, constató Efe.

"Vivos se los llevaron, vivos los queremos", gritaron los jóvenes en una nueva jornada de protesta en Tixtla, donde se encuentra la Normal, a solo tres días de que se cumpla el primer año de la desaparición de sus 43 compañeros a manos de policías corruptos y miembros del crimen organizado.

Durante la manifestación, uno de los oradores aseguró que "el Gobierno no ha resuelto la desaparición" de los 43 jóvenes el 26 de septiembre de 2014 en Iguala, en el sureño estado de Guerrero, lo que les deja expuestos a que grupos del crimen organizado "sigan hostigando" a los estudiantes para maestros.

Los jóvenes, muchos de ellos procedentes de escuelas normales de estados como Chiapas y Aguascalientes, también pidieron la salida de la Policía Federal, que mantiene retenes en los accesos de Tixtla.

Además, miembros de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (Ceteg) tomaron varios edificios oficiales, entre ellos la sede la Alcaldía, la dirección de Seguridad Pública, Protección Civil y Tránsito Municipal.

Desde temprano desalojaron al personal de dichas oficinas y las cerraron por 43 horas, una por cada estudiante desaparecido hace un año en Iguala.

En Chilpancingo, la capital de Guerrero, egresados de la Normal de Ayotzinapa tomaron las instalaciones de varias emisoras de radio para expresar su rechazo a los retenes instalados en la carretera que comunica esa ciudad con Tixtla y advirtieron que las protestas continuarán.

Este martes, un enfrentamiento entre estudiantes y fuerzas antimotines en esa carretera dejó una decena de heridos, la mayoría policías estatales.

La violencia arrancó el lunes, cuando familiares y compañeros de los 43 desaparecidos atacaron instalaciones de la fiscalía de Guerrero para protestar por la deficiente respuesta de las autoridades en torno al caso.

Según la versión de la fiscalía mexicana, los 43 jóvenes fueron detenidos por policías y entregados a miembros del cártel Guerreros Unidos, quienes los asesinaron y quemaron en el basurero del municipio aledaño de Cocula.

Dicha versión fue cuestionada a principios de este mes por expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que concluyeron que no hay evidencias para asegurar que los jóvenes fueron quemados en ese basurero.

Los padres de los jóvenes iniciarán esta noche en el Zócalo capitalino una huelga de hambre de 43 horas y el jueves se trasladarán a la residencia oficial de Los Pinos, donde sostendrán su segundo encuentro con el presidente Enrique Peña Nieto, en el que estarán los expertos de la CIDH.

El ayuno concluirá el viernes y al día siguiente, cuando se cumple un año de la desaparición, llevarán a cabo una marcha entre Los Pinos y el Zócalo.