Los datos oficiales confirmaron lo que decían los boca de urna: el opositor Frente Unión por la Dignidad obtuvo un rotundo triunfo en la elección de convencionales constituyentes de Misiones, convocada por el gobernador Carlos Rovira con el único fin de obtener la posibilidad de ser reelecto indefinidamente. En el total provincial, según datos oficiales con más del 98 por ciento de las mesas escrutadas, la ventaja era de más de 13 puntos. El resultado no sólo frustra el intento reeleccionista de Rovira, sino que además significará un golpe importante para el presidente Néstor Kirchner de cara a los comicios del año que viene. Además, es un mensaje a toda la clase política: las prácticas clientelistas, los aprietes, las maniobras fraudulentas no son garantía de un buen resultado electoral.
Con el resultado en la mano, en el gobierno nacional, a esta altura, debe rondar una pregunta: ¿será la elección de convencionales constituyentes en Misiones el acto fundacional de una oposición cohesionada dispuesta, al menos, a unirse cuando se intentan avasallar las más elementales reglas republicanas?
Por lo pronto, hay que decir que al frente opositor misionero los unió más el espanto que el amor y que será difícil que la misma alianza se repita para las elecciones de gobernador del año que viene. Aunque también hay que decir que para esa elección, si no cuenta con Rovira, el oficialismo no tiene candidato y que, por lo tanto, la posibilidad de que la provincia pase a manos opositoras cobra fuerza.
En este marco, una noticia debe haber causado alivio en la Casa Rosada: monseñor Joaquín Piña, ex obispo de Iguazú que encabezó la lista de convecionales opositor, ratificó que no continuará en política y que, tal como había anunciado en la campaña, su corta carrera en estas lides terminó con los comicios de este domingo.
Piña, además, confirmó los datos que daban ganador al Frente por la Dignidad y adjudicó la demora en difundir datos oficiales en la intención de Rovira de evitar titúlos catástrofe en los diarios de este lunes.
