El arzobispo de Rosario José Luis Mollaghan se refirió a la alegría que se vivió en las calles de Brasil con la visita del Papa. En su opinión, ello se debió a la calidez y sencillez de Francisco que hace que la gente se sienta como si fueran amigos de toda la vida. Habló por Radio 2 sobre las declaraciones del pontífice respecto de la homosexualidad y de la comunión interreligiosa. Llamó a los fieles a ser “fermento” de la palabra de Dios y los invitó a participar de la fiesta de San Cayetano, una de las celebraciones preferidas del Papa argentino.
En diálogo con A Diario, el programa que conduce Alberto Lotuf, Mollaghan sostuvo jamás se vivió un momento como éste; y como para reforzar su idea, ilustró con la alegría que embargó a católicos y no católicos por igual cuando se anunció el inicio del pontificado de Francisco.
A su entender, la llegada del sucesor de Benedicto XVI se enmarca en una cadena de cambios que venía viviendo la Iglesia desde Juan Pablo II pero que ahora tomó nuevo impulso a partir de la fortaleza de este nuevo Papa, de su capacidad para “poner en un lugar secundario lo que no es importante o aquello que significa algo pasajero”.
Además, sostuvo que el hecho que sea el primer pontífice latinoamericano abona en ese clima de efervescencia emocional. “Sentimos que el papa nos pertenece de alguna u otra manera y para los argentinos esto es mucho más grande”, enfatizó.
Consultado sobre la afirmación del Papa de que no es quién para criticar a los homosexuales, Mollaghan destacó que la opinión de Francisco se relaciona con el gran respeto que tiene la Iglesia hacia las diferencias. El mismo respeto que tiene hacia los “hermanos separados” de otras religiones, con las cuales Francisco siempre mostró predisposición para tender puentes desde un lugar sincero.
Finalmente, el arzobispo invitó a la feligresía a ser parte de la fiesta de San Cayetano, patrono del pan y el trabajo el próximo 7 de agosto en la iglesia que lleva su nombre, de calle Buenos Aires 2150.
En diálogo con A Diario, el programa que conduce Alberto Lotuf, Mollaghan sostuvo jamás se vivió un momento como éste; y como para reforzar su idea, ilustró con la alegría que embargó a católicos y no católicos por igual cuando se anunció el inicio del pontificado de Francisco.
A su entender, la llegada del sucesor de Benedicto XVI se enmarca en una cadena de cambios que venía viviendo la Iglesia desde Juan Pablo II pero que ahora tomó nuevo impulso a partir de la fortaleza de este nuevo Papa, de su capacidad para “poner en un lugar secundario lo que no es importante o aquello que significa algo pasajero”.
Además, sostuvo que el hecho que sea el primer pontífice latinoamericano abona en ese clima de efervescencia emocional. “Sentimos que el papa nos pertenece de alguna u otra manera y para los argentinos esto es mucho más grande”, enfatizó.
Consultado sobre la afirmación del Papa de que no es quién para criticar a los homosexuales, Mollaghan destacó que la opinión de Francisco se relaciona con el gran respeto que tiene la Iglesia hacia las diferencias. El mismo respeto que tiene hacia los “hermanos separados” de otras religiones, con las cuales Francisco siempre mostró predisposición para tender puentes desde un lugar sincero.
Finalmente, el arzobispo invitó a la feligresía a ser parte de la fiesta de San Cayetano, patrono del pan y el trabajo el próximo 7 de agosto en la iglesia que lleva su nombre, de calle Buenos Aires 2150.