Un traje a medida…de los vagos. Así funcionan los miles de sitios que por Internet venden trabajos académicos destinados a estudiantes sin ganas y en aprietos. La mayoría de los portales que ofrecen esta alternativa en español son argentinos. De esta forma, a través de la gran red, se puede encargar una tesis o cualquier texto académico, sin el mínimo esfuerzo. Aunque sí hay que pagar unos pesos, dólares o euros según la ocasión.
Según publicó el diario El País de Madrid y que toma Página 12 este viernes, unos 500 sitios web fabrican trabajos universitarios a pedido y de ese universo, participan los portales argentinos que son mayoría entre los de habla hispana. A estas conclusiones llegó un grupo universitario de las islas Baleares, en España, que investigó la penetración del fraude en el sistema educativo y detectó numerosos sitios comerciales que ofrecen trabajos académicos a medida.
A partir de estos datos, Google decidió prohibir en sus páginas la publicidad de sitios web dedicados a vender trabajos académicos hechos a medida para todo tipo de estudiantes. Estas ofertas comerciales virtuales pasarán a engrosar la lista negra del buscador, en la que también se encuentran los anuncios de armas, prostitución, drogas, tabaco y documentos falsificados.
La instalación del “copiar y pegar” en el sistema educativo en los últimos años ha generado un manto de sospecha que se extiende hacia el nivel académico de los estudiantes. ¿Aprenden o no los jóvenes? ¿Con qué conocimientos se gradúan?
Sin embargo, la creciente pericia de programas informáticos como Turnitin, Copycatch y Eve2, que comprueban si se trata de trabajos originales o copiados literalmente de alguna página web, unida a la mayor perspicacia de los docentes, dejó anticuado el plagio cibernético en el mundo anglosajón, a pesar de que en muchos países aún sigue siendo un método bastante común de fraude.
Al menos así lo ve Jaume Sureda, catedrático de Ciencias de la Educación de la Universidad de las Islas Baleares y miembro del equipo de investigadores que, desde 2006, indaga en los nuevos métodos de fraude educativo.
Sureda asegura que en Estados Unidos e Inglaterra el copiar y pegar se convirtió ya en “un engaño confinado a alumnos pobres”, dado que quienes lo pueden pagar tienen a mano un extensísimo abanico de portales de Internet que, bajo el disfraz de “servicios de escritura para estudiantes”, lo que ofrecen es la descarada elaboración de trabajos académicos completos –tesinas y tesis doctorales, entre ellos– realizados por terceros, a precios fijos en función del número de páginas y del plazo de entrega.
“Normalmente los realizan profesores retirados y siempre garantizan la confidencialidad más absoluta”, explica el docente universitario, quien agrega que se descubrió también que en muchos sitios web “la oferta se adapta hasta tal punto a la demanda que se solicita al estudiante que aclara cuál es su nivel del idioma, a fin de no ser descubierto por su profesor”.
De las “fábricas de monografías” en español, la mayor parte está radicada en Argentina, mientras que otras no revelan su ubicación. El precio medio de una tesis doctoral de 200 páginas, calculan los investigadores, está en torno de los 12.000 euros.
La prohibición por parte del buscador Google ya desató alegatos defensivos de propietarios de algunos portales, que se defienden asegurando que su negocio está básicamente en el “asesoramiento” en la elaboración de trabajos académicos, cosa que con sólo abrir sus páginas de inicio se revela falso. El problema de fondo está en realidad en que hasta ahora el 80 por ciento de sus clientes llegaba a ellos a través de Google, en muchos casos mediante su sistema publicitario Adwords.
Según publicó el diario El País de Madrid y que toma Página 12 este viernes, unos 500 sitios web fabrican trabajos universitarios a pedido y de ese universo, participan los portales argentinos que son mayoría entre los de habla hispana. A estas conclusiones llegó un grupo universitario de las islas Baleares, en España, que investigó la penetración del fraude en el sistema educativo y detectó numerosos sitios comerciales que ofrecen trabajos académicos a medida.
A partir de estos datos, Google decidió prohibir en sus páginas la publicidad de sitios web dedicados a vender trabajos académicos hechos a medida para todo tipo de estudiantes. Estas ofertas comerciales virtuales pasarán a engrosar la lista negra del buscador, en la que también se encuentran los anuncios de armas, prostitución, drogas, tabaco y documentos falsificados.
La instalación del “copiar y pegar” en el sistema educativo en los últimos años ha generado un manto de sospecha que se extiende hacia el nivel académico de los estudiantes. ¿Aprenden o no los jóvenes? ¿Con qué conocimientos se gradúan?
Sin embargo, la creciente pericia de programas informáticos como Turnitin, Copycatch y Eve2, que comprueban si se trata de trabajos originales o copiados literalmente de alguna página web, unida a la mayor perspicacia de los docentes, dejó anticuado el plagio cibernético en el mundo anglosajón, a pesar de que en muchos países aún sigue siendo un método bastante común de fraude.
Al menos así lo ve Jaume Sureda, catedrático de Ciencias de la Educación de la Universidad de las Islas Baleares y miembro del equipo de investigadores que, desde 2006, indaga en los nuevos métodos de fraude educativo.
Sureda asegura que en Estados Unidos e Inglaterra el copiar y pegar se convirtió ya en “un engaño confinado a alumnos pobres”, dado que quienes lo pueden pagar tienen a mano un extensísimo abanico de portales de Internet que, bajo el disfraz de “servicios de escritura para estudiantes”, lo que ofrecen es la descarada elaboración de trabajos académicos completos –tesinas y tesis doctorales, entre ellos– realizados por terceros, a precios fijos en función del número de páginas y del plazo de entrega.
“Normalmente los realizan profesores retirados y siempre garantizan la confidencialidad más absoluta”, explica el docente universitario, quien agrega que se descubrió también que en muchos sitios web “la oferta se adapta hasta tal punto a la demanda que se solicita al estudiante que aclara cuál es su nivel del idioma, a fin de no ser descubierto por su profesor”.
De las “fábricas de monografías” en español, la mayor parte está radicada en Argentina, mientras que otras no revelan su ubicación. El precio medio de una tesis doctoral de 200 páginas, calculan los investigadores, está en torno de los 12.000 euros.
La prohibición por parte del buscador Google ya desató alegatos defensivos de propietarios de algunos portales, que se defienden asegurando que su negocio está básicamente en el “asesoramiento” en la elaboración de trabajos académicos, cosa que con sólo abrir sus páginas de inicio se revela falso. El problema de fondo está en realidad en que hasta ahora el 80 por ciento de sus clientes llegaba a ellos a través de Google, en muchos casos mediante su sistema publicitario Adwords.