Tras recordar que “el martirio de Pedro y Pablo es considerado el verdadero y propia acto de nacimiento de la Iglesia de Roma”, señaló que “los dos Apóstoles dieron su testimonio supremo a poca distancia de tiempo y espacio: aquí, en Roma, fue crucificado San Pedro y sucesivamente fue decapitado San Pablo”. Justamente por esto -subrayó- el Obispo de Roma, desarrolla un peculiar ministerio al servicio de la unidad doctrinal y pastoral del Pueblo de Dios esparcido en todo el mundo. Además de los arzobispos Mollaghan y Sigampa recibieron el palio –símbolo de fidelidad al sucesor de Pedro en la tierra– el cardenal Jorge Liberato Urosa Savino, de Caracas; Jorge Enrique Jiménez Carvajal, de Cartagena de Indias; José Belisario da Silva, de San Luis de Maranhao; Joviano de Lima Juniors, de Ribeiraro Preto y Orlando Brandes, de Londrina. ¿Qué es el palio? Es un ornamento de uso muy antiguo en la Iglesia y constituye como el símbolo de la potestad y de la dependencia del arzobispo al Romano Pontífice Es una faja de lana blanca, de entre cuatro y seis centímetros de ancho, con seis cruces de seda negra bordadas longitudinalmente. Se confecciona con lana de dos corderos que son bendecidos el 21 de enero de cada año, festividad de Santa Inés, la joven mártir romana que es conmemorada con un cordero en brazos.