El presidente de la Unión Cívica Radical (UCR), Gerardo Morales, pasó por Rosario y se reunió con el intendente Miguel Lifschitz tras el chispazo que se produjo con sus socios del Partido Socialista (PS) por visiones (y el voto) en sentido opuesto sobre la Ley de Medios en Diputados. El radical fue contundente: UCR y PS son “partidos hermanos”.

“Tenemos grandes coincidencias ideológicas y de proyectos de país”, dijo Morales en conferencia de prensa este viernes a la tarde. El senador dijo además que se buscará acordar una estrategia en común en la Cámara alta, como no ocurrió en Diputados en donde radicales se retiraron del recinto y los socialistas -la mayoría- votó a favor.

En ese sentido, el titular del partido centenario señaló que con Rubén Giustiniani, senador y presidente del PS, “vamos a trabajar en afinar estrategias” porque “tenemos posturas comunes sobre la ley de medios”. Sobre ese último punto detalló que ambas fuerzas se oponían al ingreso de las telefónicas al negocio (artículo que fue retirado del proyecto con media sanción) y que en todo caso queda pendiente mejorar la autoridad de control, aplicación y tutela de las licencias públicas.

Dejó en claro que a su criterio "hay una concepción ideológica kichnerista de copar los medios y repartir licencias como reparten bolsones", dijo a Canal 3.

Preguntas tras el voto partido

¿Hasta dónde puede haber un quiebre entre radicalismo y socialismo por el voto de los legisladores del PS a favor de la ley de radiodifusión? Si bien desde la UCR santafesina Pedro Morini habló de un pacto entre el kirchnerismo y Binner, el senador Ernesto Sanz, un hombre muy cercano a Julio Cobos, prefirió poner paños fríos y dejó en claro que la apuesta a un proyecto conjunto de cara a 2011 sigue en pie. Más firme aún, el titular de la UCR a nivel nacional, el también senador Gerardo Morales, aclaró durante una visita a la ciudad de Santa Fe: "No nos apartamos un milímetro del proyecto del Frente Progresista", aunque admitió que la actitud del PS le generó "preocupación y sorpresa".

No es casual que alianza entre el radicalismo y el socialismo entre en cuestión luego del voto positivo del partido de la rosa en el Congreso. Está claro que mientras la UCR se definió por una estrategia conjunta con la Coalición Cívica y el PRO, el PS prefirió ubicarse claramente en el espectro de la centroizquierda que, salvo la excepción de Miguel Bonasso, terminó votando en su totalidad a favor del proyecto oficialista.

¿Fue una circunstancia puntual o es una situación que puede prolongarse de aquí para adelante? En ese caso, ¿puede afectar la estabilidad del Frente Progresista en la provincia de Santa Fe? En el terreno de las conjeturas se podría ir hasta más allá: ¿acaso confíe el gobierno provincial en obtener ahora para sus proyectos clave el apoyo del kirchnerismo santafesino, encarnado por los seguidores de Agustín Rossi que ya le votaron a principios de este año el presupuesto provincial, lo que le restaría peso a eventuales cortocircuitos con los socios radicales?

El propio gobernador Hermes Binner desdramatizó sobre las consecuencias al interior del Frente Progresista al afirmar que la divergencia generada con el radicalismo "significa que sobre este tema en particular tenemos miradas diferentes, pero en nada daña el Frente Progresista".

Sanz, por su parte, dijo que lo sorprendió el voto socialista, sobre todo porque el discurso de Silvia Ausburger, a su parecer, parecía más el fundamento de una expresión de rechazo que de apoyo.

Pero luego aclaró: “No quiero juzgar”. En ese marco, renovó su apuesta a una fórmula Cobos-Binner para 2011: dijo que esa posibilidad “sigue estando cerca” y fue más allá: “Espero que las coyunturas no nos alejen”.

La pregunta es: ¿fue una “coyuntura” o hay, detrás del voto socialista en Diputados, además del apoyo a una ley, un posicionamiento político de Binner, una apuesta a cosechar en un ámbito que le calza como más naturalmente propio, el espacio “progresista” que es, al fin de cuentas, el mismo del que se dice abanderado el kirchnerismo?

Para la UCR nacional, que aspira a ser gobierno de la mano de Cobos en 2011, el desplante no habilita ruptura. El acuerdo, dijo Morales, "está intacto". Algo así como que se dobla pero no se rompe.