Feni Rubio
Factores diversos determinaron el fatal desenlace. Sin embargo, las explicaciones ya no alcanzan. No alcanzan a su familia, que en un acto de amor decidió donar sus órganos, no alcanza a quienes la atacaron que deberán cargar con esa muerte en el alma y purgar una condena, no alcanza para una sociedad que día a día queda más anestesiada ante los reiterados hechos de violencia, haciendo que el dolor cada vez duela menos.
El caso como el de Naira no es el único y es común leer en las crónicas policiales hechos que involucran a jóvenes y no tanto, que atacan a sus pares por ser o "hacerse las lindas".
Pero qué es "hacerse la linda" y por qué puede molestar tanto a otros al punto de matar o desfigurar a alguien por eso. Según algunos es ser "agrandado", jugar a ser popular e incluso destacarse dentro de un grupo, actitudes que en otro tiempo se hubieran tomado como los movimientos sociales normales dentro de un conjunto de personas. Cosas de chicos, como dirían las abuelas. Sin embargo muchas veces nada de esto pasa y el desarrollo normal de un conflicto de "chicos" termina de la peor manera y ni hablar cuando en esos problemas se involucran los mayores, como tal vez queriendo deshacer viejas frustraciones.
Antes, tener una personalidad segura no era una condena a muerte; ahora parece que sí. Que hay que tratar de ser uno más, de no llamar la atención, de no destacar para que aquellos que como "jueces" se sienten con el derecho a aplicar sentencia no se violenten. Pero entonces, para qué asistir a espacios sociales, a esos lugares como clubes y escuelas que ayudan a formar la personalidad de uno pero en contacto con el otro. En definitiva, para qué ser humanos si nos comportamos muchas veces peor que los animales.