El arzobispo de Rosario, José Luis Mollaghan, participó de la tradicional misa crismal de Semana Santa en la catedral de la ciudad y no esquivó hacer declaraciones acerca del temporal que azotó a la ciudad la semana pasada y expulsó de su hogar a casi 4 mil rosarinos, de los cuales un centenar continúan aún en centros de evacuación.
El arzobistpo señaló a los funcionarios la importancia de trabajar para poder prevenir este tipo de inclemencias.
"Todos estos días desde el domingo de ramos por esta situación tan dura de las inundaciones nuestro pueblo vive con mucha inquietud interior. Aunque la gente va regresando a sus hogares, uno ve la tristeza que tienen después de lo ocurrido", lamentó Mollaghan.
En tanto, el arzobispo durante la misa donde se renuevan las promesas sacerdotales y se consagran los óleos que se utilizarán durante todo el año para la celebración de los diferentes sacramentos se permitió hacer un llamado para que dramas como el de la inundación se puedan controlar.
"Es una situación verdaderamente climática que constituyó un flagelo, pero siempre tenemos que ir previniendo sobre todo en épocas de tecnologías y de tanto equipamiento", concluyó Mollaghan.