Palo y a la bolsa. La fórmula del líder de la CGT volvió a dar resultado. Hugo Moyano se quedó con al menos parte de la distribución de diarios y revistas, luego de que sus militantes bloquearan durante horas las plantas de La Nación y Clarín para impedir la salida de los periódicos.

Una parte de los conductores de vehículos que distribuyen diarios pasarán al Sindicato de Camioneros, luego de una reunión en la propia sede gremial, donde los empresarios del reparto denunciaron un virtual secuestro hasta obligarlos a firmar un acuerdo.

Todo indica que Moyano actuó con la venia del gobierno. Es que tanto directivos de La Nación como de Clarín pidieron la intervención policial, pero ningún móvil se acercó a sus plantas del barrio porteño de Barracas.

La medida de fuerza de los camioneros generó rechazos de la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa) y de varios sectores políticos, entre ellos la conducción de la UCR, el macrismo y hasta del senador oficialista Guillermo Jenefes. También la Sociedad de Distribuidores de Diarios y Revistas (SDDRA) dijo que pidió la intervención del Gobierno para lograr el fin de la medida pero no tuvo respuestas.

Quien piloteó la estrategia gremial fue Pablo Moyan, uno de los hijos de Hugo. Fue él quien encabezó la reunión de seis horas con los distribuidores, que terminó con un acuerdo firmado aparentemente a la fuerza.

El secretario gremial de la SDDRA, Oscar Pepe, denunció que los cuatro representantes que estuvieron en el gremio sufrieron “un virtual secuestro” porque fueron “amenazados con que no los dejarían irse si no firmaban”. Y dijo que tres de los cuatro representantes de cooperativas también “firmaron pero bajo presión”.