Varias personas murieron y otras resultaron heridas al chocar este viernes un tren de levitación magnética y alta velocidad Transrapid con un tren técnico, informó el portavoz del gobierno de la localidad de Emsland, en el norte de Alemania, Dieter Sturm.

El accidente se produjo cuando el tren iba a unos 200 kilómetros por hora y es el primero desde que hace 22 años se estrenó el tramo de ensayo por el que circulaba el vagón, que no ha pasado de su fase de pruebas. "Hay muchos muertos", aseguró Sturm, quien añadió que algunos pasajeros han sufrido heridas muy graves.

Según indicó el portavoz, no se pudo aún determinar el número de víctimas porque las tareas de rescate son muy complicadas, ya que el accidente se produjo en un tramo en el que las vías están elevadas sobre pilares de cuatro metros de altura.

En el tren de levitación magnética viajaban 25 personas, pero el número de víctimas o heridos podría ser de hasta 30 si se incluyen los tripulantes del vagón.

La comarca de Emsland es el único lugar por el que discurre este tren (en un total de 31,5 kilómetros) que alcanza velocidades máximas de unos 450 kilómetros por hora. El tren, que no circula con regularidad, suele ser frecuentado por grupos de turistas que visitan la comarca, situada entre Hamburgo y Hannover.

Sturm explicó que se han desplazado a la zona unos 150 miembros de unidades de rescate, y según informaciones de la primera cadena de televisión pública, el tren ha quedado destrozado por el impacto, aunque no ha caído al vacío.

El Transrapid, cuya tecnología ha sido vendida a China, nunca salió en Alemania de su estado embrionario tras más de dos décadas de ensayos y discusiones sobre su utilidad práctica.

El ministro alemán de Transportes, Wolfgang Tiefensee, quien se encontraba precisamente en viaje a China cuando se produjo el accidente, ha decidido interrumpir su estancia en Pekín y regresar a Alemania.

Un portavoz de su ministerio indicó que Tiefensee se enteró de la noticia justamente cuando se encontraba reunido con el ministro chino de Ferrocarriles.

La canciller alemana, Angela Merkel, negó durante su visita a China en mayo la transferencia tecnológica necesaria para ampliar la línea del tren magnético entre Shanghai y Hangzhou.

La ampliación, con un coste de 4 mil millones de euros (5.100 millones de dólares), supone el desarrollo de la tecnología del tren más rápido del mundo para unir estas dos ciudades chinas, a 170 kilómetros de distancia, en 26 minutos y a una velocidad máxima de 470 kilómetros por hora.

El consorcio germano Transrapid (Siemens y Thyssen Krupp) se llevó el primer contrato del "maglev" (levitación magnética) aportando su tecnología, gracias a la cual, desde 2002, es el único tren de su tipo en uso comercial que une los más de 30 kilómetros que separan el aeropuerto de Pudong de las afueras de Shanghai, en menos de ocho minutos.

Fuente: EFE