Tuvo una extensa carrera en televisión y cine, pero la mayoría de la gente lo recordará como el padre gruñón del protagonista de la sitcom Everybody loves Raymond, que hasta hace poco fue una de las más populares en los Estados Unidos y en América latina se vio por Canal Sony.

El actor Peter Boyle falleció este martes, a los 71 años, en un hospital de Nueva York. Murió tras una larga batalla por sobrevivir contra sus problemas de corazón y un mieloma.

A pesar de su enfermedad, este actor nacido en Filadelfia mantuvo su carrera con energía, en especial en la última década, cuando la popular comedia de situación Everybody loves Raymond le permitió disfrutar de una nueva era de popularidad.

Para otras generaciones, Boyle es conocido por sus trabajos como actor secundario en clásicos del cine como Taxi Driver, The Candidate y especialmente como el monstruo de Frankenstein en la versión cómica de Mel Brooks, The Young Frankenstein.

Con anterioridad, este actor que fue monje antes que intérprete había recibido las alabanzas de la crítica por su trabajo como el racista y procaz que protagonizaba la película Joe, papel que le lanzó a la fama.

Sin embargo, Boyle será recordado por su personaje en Everybody loves Raymond, con el que aspiró a los premios Emmy en siete ocasiones consecutivas, premio que consiguió en 1996 como secundario con la serie Los expedientes secretos X.