El fiscal de la Cámara Penal de Rosario, Guillermo Camporini, ordenó investigar a la Policía local, en especial a los efectivos del barrio Las Flores, tras el allanamiento realizado el sábado pasado en esa zona de la ciudad en un puesto de venta de drogas ubicado a pocas cuadras de una comisaría. Ese operativo fue llevado a cabo por el Grupo Halcón de la fuerza de seguridad de Buenos Aires, ante la desconfianza de la Justicia de San Nicolás sobre los efectivos rosarinos.
 
Camporini dijo a El Tres que su par nicoleño le expresó que no aviso a la provincia “por miedo a que pueda fracasar el operativo” y el fiscal local se decidió a investigar “si no hay por parte de la Policía alguna acción que se pueda tipificar como delito”, como por ejemplo “dejar de perseguir” a los narcotraficantes.

En concreto, el funcionario del Ministerio Público recordó que el 31 de marzo se realizó un allanamiento en el mismo punto (una vivienda de Pasaje 509 y Pasaje 516) y si bien se secuetraron armas se encontró “poca cantidad de cocaína y marihuana, algunos gramos” lo que “contrasta con que, tres meses después, se allanen doce kilos de cocaína”.

El ministro de Seguridad Raúl Lamberto utilizó el mismo caso pero para defender a la fuerza ya que, recalcó, en ese mismo operativo de marzo se detuvo a nueve personas.

Camporini en cambio encontró sospechoso el antecedente y la cercanía de ese búnker narco con una seccional del lugar (la subcomisaría 20). Para el fiscal de Cámara el accionar de los policías puede ser “doloso o culposo”, es decir por complicidad o en todo caso por algún tipo de omisión. En el primer caso cabría una “inhabilitación de funciones” mientras que en el segundo “sanciones administrarivas”.

“Hay algo evidente: los resultados (en la lucha contra el narcotráfico) no son los más adecuados porque viniendo de afuera (por el operativo planificado en Buenos Aires) se encuentran grandes cantidades de droga”, señaló Camporini.

El fiscal aclaró que el narcotráfico no es su especialidad porque es del ámbito federal pero existen “delitos conexos” y está “totalmente vinculado al circuito de armas y a los homicidios, que se han duplicado”.

Para Camporini, el caso registrado el sábado pasado en el extremo sur de la ciudad es grave porque los doce kilos de cocaíana estaban fraccionados para la venta minorista y los investigadores llegaron tras seguir los pasos de una red con ramificaciones en San Nicolás, Ramallo y San Pedro, norte de la provincia de Buenos Aires. “Rosario es el centro donde se comercializa”, agregó.