"En la próxima década digital veremos abusos sobre la propiedad intelectual, invasión a la privacidad, vandalismo y, cada vez más, piratería on-line". En 1995, Nicholas Negroponte incluyó este sombrío pronóstico en el epílogo de Ser digital, el libro en el que reunió y amplió sus columnas en la revista Wired, de la que fuera cofundador en 1992.
Ese epílogo terminaba con otro pronóstico que sonaba a expresión de deseos: cada generación será más digital que la anterior, y el futuro digital estará en manos de los jóvenes. Más de 100.000 ejemplares vendidos y 13 años después, Negroponte está al frente de una de las iniciativas más importantes para hacer realidad su pronóstico y achicar la brecha digital: la ONG One Laptop Per Child (OLPC). Uno de sus principales colaboradores es el argentino Antonio Battro, doctor en Medicina y Filosofía especializado en el desarrollo de los procesos cognitivos básicos y perceptivos en niños y adolescentes.
El programa OLPC comenzó a trabajar en 2005 con un norte claro: poner en manos de niños del Tercer Mundo pequeñas computadoras para uso educativo, cuyo costo no superara los 100 dólares. Las buenas intenciones, sin embargo, tropezaron con problemas de comercialización y malentendidos con algunos gobiernos y con proveedores.
Hoy, si bien no alcanza las expectativas originales, el plan ya ha entregado algo más de medio millón de PC en torno de las cuales se promueven iniciativas de innovación comunitaria. El proyecto cuenta con apoyo de Google, Red Hat, News Corp, Brightstar Corp y AMD, la segunda compañía mundial productora de microprocesadores. Intel (la primera) descubrió que allí se abría una oportunidad de mercado, y lanzó la Intel ClassMate, su propia PC educativa de bajo costo que ofrece a gobiernos y ONG.
Negroponte se ha convertido en uno de los principales investigadores sobre el impacto de la revolución digital en la vida de las personas. En una reciente conferencia en Valencia, propuso una idea para ahorrar energía en los teléfonos celulares y alargar la vida de sus baterías: "Los móviles tendrían que estar adaptados para aprovechar la energía que tenemos dentro. Cuando tecleamos, estamos liberando energía; ¿no podríamos desarrollar teclas capaces de absorberla?" A los 65 años, sus frases siguen sonando entre naifs y geniales, la marca personal de uno de los primeros científicos que notaron la diferencia entre los átomos y los bits.
Fuente: ADN Cultura
Ese epílogo terminaba con otro pronóstico que sonaba a expresión de deseos: cada generación será más digital que la anterior, y el futuro digital estará en manos de los jóvenes. Más de 100.000 ejemplares vendidos y 13 años después, Negroponte está al frente de una de las iniciativas más importantes para hacer realidad su pronóstico y achicar la brecha digital: la ONG One Laptop Per Child (OLPC). Uno de sus principales colaboradores es el argentino Antonio Battro, doctor en Medicina y Filosofía especializado en el desarrollo de los procesos cognitivos básicos y perceptivos en niños y adolescentes.
El programa OLPC comenzó a trabajar en 2005 con un norte claro: poner en manos de niños del Tercer Mundo pequeñas computadoras para uso educativo, cuyo costo no superara los 100 dólares. Las buenas intenciones, sin embargo, tropezaron con problemas de comercialización y malentendidos con algunos gobiernos y con proveedores.
Hoy, si bien no alcanza las expectativas originales, el plan ya ha entregado algo más de medio millón de PC en torno de las cuales se promueven iniciativas de innovación comunitaria. El proyecto cuenta con apoyo de Google, Red Hat, News Corp, Brightstar Corp y AMD, la segunda compañía mundial productora de microprocesadores. Intel (la primera) descubrió que allí se abría una oportunidad de mercado, y lanzó la Intel ClassMate, su propia PC educativa de bajo costo que ofrece a gobiernos y ONG.
Negroponte se ha convertido en uno de los principales investigadores sobre el impacto de la revolución digital en la vida de las personas. En una reciente conferencia en Valencia, propuso una idea para ahorrar energía en los teléfonos celulares y alargar la vida de sus baterías: "Los móviles tendrían que estar adaptados para aprovechar la energía que tenemos dentro. Cuando tecleamos, estamos liberando energía; ¿no podríamos desarrollar teclas capaces de absorberla?" A los 65 años, sus frases siguen sonando entre naifs y geniales, la marca personal de uno de los primeros científicos que notaron la diferencia entre los átomos y los bits.
Fuente: ADN Cultura


