Era una final anticipada y la ganó Newell´s. Por eso la Lepra se trepó este lunes merecidamente a la punta del torneo Apertura, luego de derrotar por 1-0 como visitante a Colón, equipo al que no vencía hacía once años. La quiebra del maleficio fue por demás de oportuna, ya que llegó en el momento en que el equipo rosarino más lo necesitaba para pelear el título del fútbol argentino, a tres fechas del final del presente certamen.

Joaquín Boghossian se vistió una vez más de héroe y, en el segundo tiempo, anotó de derecha el gol que vale la soledad en la cima de la tabla. Hugo Barrientos y Germán Rivarola fueron expulsados.

No hubiera sido injusto si el equipo de Roberto Sensini se iba al entretiempo arriba en el marcador, ya que contó con más y mejores chances de gol que el local. Al menos tres llegadas estuvieron muy cerca de hacer gritar al público leproso, que colmó la capacidad para el visitante en las tribunas.

La falta de puntería y la solvencia del arquero Diego Pozo mantuvieron invicta en el primer tiempo la valla de Colón, que sólo concretó alguna llegada aislada y sin demasiada zozobra para el arco de Sebastián Peratta.

En la segunda mitad Boghossian comenzó a avisar de entrada que les iba a dar trabajo a los defensores sabaleros. La torre uruguaya ganaba tanto de arriba como de abajo y lideraba los embates leprosos, que seguían siendo más numerosos y peligrosos.

Y así llegó el gol del montevideano a los 20, luego de una gran maniobra individual, acaso impropia de un jugador de su envergadura física: recibió de Mauro Formica al borde del área, la pisó, enganchó para un lado, para el otro y definió, fuerte, cruzado y bajo, inatajable para Pozo.

La roja que recibió Barrientos a los 30 ahuyentó la relativa tranquilidad que Newell´s tenía por el resultado y por el juego. Y el elenco rosarino lo sufrió en la cuenta regresiva del partido, cuando Colón se decidió a empatar.

El Negro fue, con Esteban Fuertes y Federico Nieto como blancos en el área, y el área visitante tembló un par de veces pero no era la tarde de los corpulentos delanteros colonistas. Sí la era, una vez, de Peratta, que volvió a mostrar su personalidad y buen nivel con una tapada clave y un par de centros bien descolgados.

Para el final quedó la insólita reacción de Rivarola que, luego de que el árbitro Javier Collado pitara el final, le pegó un pelotazo en la espalda y fue expulsado pese a sus intentos de disculparse. El hecho generó algunos incidentes entre varios jugadores locales y el juez.

Le costó demasiado al equipo de Sensini, pero logró el objetivo de sumar tres puntos que lo ubican en la soledad de la cima de la tabla. Ahora deberá mantener la diferencia, de un punto sobre Banfield, cinco sobre Colón y seis sobre Estudiantes y Vélez. Sólo quedan nueve en juego.