La investigación, presentada en un encuentro científico de la Asociación Estadounidense del Corazón, en Orlando, reveló una relación entre la cantidad de humo de segunda mano al que están expuestos y un indicador de lesión vascular en los niños pequeños (entre 2 y 5 años). El vínculo fue dos veces mayor en los pequeños que eran obesos, añadió el equipo.

"Creemos que los dos factores juntos -exposición al humo más obesidad- interactuarían para ampliar el grado de inflamación o daño de las células vasculares que se produce", dijo John Bauer, uno de los autores del estudio, del Hospital Nacional de Niños y el Instituto de Investigación de la Ohio State University.

El estudio con niños y niñas estadounidenses expuestos a fumadores incluyó a 52 pequeños y 107 niños mayores (de 9 a 18 años). Los investigadores hallaron que los niños más pequeños corrían cuatro veces más riesgo de padecer exposición al “tabaquismo pasivo”, al compararlos con adolescentes, pese a informar exposición similar en el hogar. Esto se debería a que los niños pequeños suelen estar más cerca de sus padres fumadores durante períodos más prolongados de tiempo.

"Los adolescentes están menos a upa de sus padres. Los niños pequeños no tienen la misma posibilidad de entrar y salir de la casa", añadió Bauer.

Los pequeños expuestos al humo de segunda mano también tenían un 30 por ciento de reducción en las células progenitoras endoteliales circulantes, un tipo celular involucrado en la reparación y mantenimiento de una red de vasos sanguíneos saludable, indicaron los autores.

"Los cambios que detectamos en estos grupos de niños son similares a los que son riesgos reconocidos de enfermedad cardíaca en los adultos", manifestó Bauer.

"Esto sugiere que algunos aspectos de la enfermedad cardíaca adulta se iniciarían en la niñez temprana, cuando las estrategias de prevención tendrían un impacto enorme a largo plazo", agregó el experto.

Fuente: Medline Plus