El Slims es un río inmenso que se alimenta del agua del deshielo del glaciar Kaskawulsh, en el noroeste de Canadá. O mejor dicho, era. Porque en tan solo cuatro días, en mayo de 2016, desapareció súbitamente de la faz de la tierra.

La inesperada y violenta desaparición de este río fue producto de la piratería fluvial: un fenómeno por el que el cauce de un río es repentinamente desviado hacia otro curso de agua.

Los investigadores que hicieron el hallazgo creen que el fenómeno está ligado directamente al cambio climático, producto de la actividad humana.

intenso que experimentó el glaciar Kaskawulsh durante la primavera del año pasado hizo que el agua, en vez de desviarse hacia el norte (y alimentar al río Slims que se une al río Yukón y desemboca en el mar de Bering), se desviara hacia el sur, aumentando el cauce del río Alsek, que desemboca en el Océano Pacífico.

Es decir, el agua del deshielo del glaciar creó un nuevo canal en el hielo y desvió su curso, y acabó a miles de kilómetros de su destino original.

“Fuimos a la zona con la intención de continuar con nuestras mediciones en el río Slims, pero hallamos el lecho del río más o menos seco”, afirmó James Best, geólogo de la Universidad de Illinois.

Tras relevar el terreno, los investigadores observaron los dramáticos cambios en el paisaje. El lecho del río Slims quedó al descubierto. Donde antes había agua, ahora crecen pastizales.

Mientras tanto el río Alsek, que se ha llevado sus aguas, es ahora entre 60 y 70 veces más grande de lo que solía ser y con un caudal mucho mayor de agua.

Según los investigadores, el cambio climático propiciará más eventos como este en el futuro, y podremos ser testigos de piratería fluvial como consecuencia del derretimiento de los glaciares en el Kilimanjaro, en otras zonas de Canadá y Alaska, así como también en los Andes.