Una clínica de Bangkok recibe entre 20 a 30 pacientes por semana para blanquearse el pene o la vulva. Este tratamiento dermoestético –que tiene su antecedente en el blanqueamiento de ano– conlleva serios efectos secundarios, informa el portal de la BBC.

La clínica Lelux Hospital –en la capital de Tailandia– ofrece el blanqueamiento de vulva hace cuatro meses. Entonces, aumentaron las consultas por una alternativa para el pene.

Un mes después comenzaron a ofrecer también blanqueamientos del miembro viril masculino a un precio de 650 dólares por cada pack de cinco sesiones.

El procedimiento consiste en degradar la melanina de la piel mediante láser.

Uno de los pacientes dijo a la BBC que se había sometido a un blanqueamiento de pene porque “quería tener más confianza al ponerse slips” y que llevaba dos meses de sesiones y había notado ya un cambio en el tono de su piel.

El medio británico señala que los tratamientos para aclarar la piel no son extraños en el sudeste asiático, donde una tez oscura se asocia con el trabajo al aire libre y la pobreza. Sin embargo, esta aparente tendencia a blanquearse los genitales parece llevar los límites de la industria de la belleza un poco más lejos.

En un comunicado emitido por el Ministerio de Salud de ese país se advierte que “el blanqueamiento de pene con láser no es necesario, es un desperdicio de dinero y puede generar más efectos negativos que positivos”, entre ellos dolor, inflamación y cicatrices en la zona en cuestión, además de efectos dañinos en el sistema reproductivo y la capacidad de tener relaciones sexuales.