Fue una noche complicada para la selección argentina que espera en Uruguay el crucial partido de hoy a las 19, que definirá si el equipo se clasifica o no para el Mundial de Sudáfrica. Es que hinchas uruguayos arrojaron  fuegos artificiales y bombas de estruendo en la puerta del hotel con la idea de no dejar dormir al plantel.

Pasadas las 2.30 hora local (1.30 de la Argentina), hinchas uruguayos se bajaron de un automóvil rojo y dejaron en cada esquina del hotel fuegos artificiales,.

Este hecho se repitió cada 20 minutos, aproximadamente, entre la 2.30 y las 3.30, hora local.

Antes de ese hecho, las mismas personas arrojaron bombas de estruendo en la puerta del hotel Sheraton.

Las bombas eran tan potentes que pudieron escucharse hasta en el piso 22 del hotel, diez pisos más alto de donde se encuontraban los jugadores argentinos (el 10-11 y 12 fueron cerrados por la AFA).

Algunos testigos aseguraron que de cuatro autos llegaron los hinchas de la "celeste", quienes tuvieron que huir cuando fueron corridos por un grupo de argentinos que evitó de esa manera que siguieran molestando a los jugadores.

Sin embargo, casi una hora después de ese hecho, cuando todo parecía volver a la normalidad, otra vez comenzaron las bombas de estruendo, los fuegos artificiales y los ruidos molestos.

En el hotel hay presencia policial –sólo dos uniformados más la seguridad privada del lugar–, quienes de estar dentro del lobby se tuvieron que ubicar en los alrededores del hotel para evitar nuevos inconvenientes, por pedido de los dirigentes argentinos.

Los uruguayos que arrojaron las bombas de estruendo, las dos veces, tuvieron que escaparse no del personal de seguridad, que no hizo demasiado para evitar los problemas, sino de los argentinos que se quedaron toda la madrugada en la puerta del hotel velando por el descanso de los futbolistas.

Lo más peligroso de esto no pasa por los ruidos, sino porque frente al hotel Sheraton hay una estación de servicio Petrobras, a la que le pasaron muy cerca los desperdicios de los fuegos artificiales.

La llegada del seleccionado argentino a Montevideo se produjo sin problemas, salvo algunos inconvenientes entre la delegación y los periodistas.

El tema es que entre los medios argentinos y los uruguayos se hizo complicado el control, por eso hubo forcejeos entre integrantes del seleccionado argentino y periodistas.

Tanta fue la seguridad, que los fotógrafos y los camarógrafos alojados en el mismo hotel donde se encuentra el seleccionado nacional no pudieron quedarse en el lobby con sus elementos de trabajo y tuvieron que retratar todo desde afuera.