Un preso por abuso sexual se fugó de la cárcel de Bastoy, Noruega, ubicada en una isla, en una tabla de surf y usó una pala de plástico para remar.

Según publicó Infobae, la cárcel es considerada de baja seguridad debido a sus políticas de encarcelamiento humanitario. Entre sus medidas, impulsa la agricultura ecológica y permite a los presos ver películas, andar en bicicleta y usar las playas locales. Además, no se construyeron vallas para prevenir fugas.

“No es tan difícil encontrar algún elemento flotante en la isla”, dijo el jefe de la prisión, Tom Eberhardt.

Muchos de los 115 presos que tiene Bastoy ya estuvieron en una cárcel de máxima seguridad.