El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, defendió este domingo su proyecto de reforma a la salud pese a las protestas de decenas de miles de personas en Washington, en un momento clave para el futuro del plan.

La Casa Blanca entró en campaña para sacar adelante la reforma después de que durante el mes de agosto dominaran el debate las voces en contra de la propuesta de extender el seguro médico a todos los ciudadanos, con lo que Estados Unidos se equipararía al resto de los países ricos.

"No tengo ningún interés en que se apruebe un proyecto de ley que no funcione. Tengo intención de ser presidente durante cierto tiempo y una vez que el proyecto de ley salga adelante, llevará mis iniciales", dijo Obama en una entrevista en la cadena CBS.

"Si la gente dice, ¿sabes qué? No ha reducido mis gastos. Mis pagos han subido un 25 por ciento, las compañías de seguros juegan conmigo. Me responsabilizarán a mí de ello", añadió.

La entrevista fue grabada el viernes, pero hoy la sacará al aire la emisora, que ya adelantó algunos trechos.

Tensa negociación

Mientras, los negociadores del Comité de Finanzas del Senado ultiman un proyecto de ley a ser presentado la próxima semana con el que pretenden lograr por lo menos algún apoyo republicano para garantizar su aprobación en el pleno.

Uno de los asuntos más contenciosos es la propuesta de Obama de crear un nuevo seguro público que compita con los privados.

La gran mayoría de los republicanos considera esa medida como una forma de nacionalizar parte del sistema sanitario, a lo que se oponen.

Por su parte, la Casa Blanca ha sido ambivalente al respecto. Su portavoz, Robert Gibbs, dijo en CNN que el presidente "prefiere" la llamada "opción pública", pero que lo más importante es aumentar la competencia en el sector y que ese objetivo podría lograrse de otras maneras.

Ante estos comentarios, Lindsey Graham, uno de los republicanos más influyentes del Senado, afirmó este domingo que "la opción pública está muerta", en una aparición en el canal Fox News.

En el mismo sentido se manifestó Olympia Snowe, una republicana moderada que participa en las negociaciones del nuevo proyecto de ley del Senado.

"Insté al presidente a quitar de la mesa la opción pública, porque a ella se oponen todos los republicanos del Senado y, en consecuencia, no hay forma de aprobar un plan que la incluya", explicó la senadora en la cadena CBS.

Aún así, la Casa Blanca no ha dado el brazo a torcer públicamente. Obama cree que un programa público creará competencia en regiones donde algunas aseguradoras tienen una posición monopolística, explicó también en CBS David Axelrod, uno de los principales asesores de Obama.

El presidente "sigue apoyando la idea y no estoy dispuesto a aceptar de que no formará parte del paquete (legislativo) final", añadió.

Criticado por "socialista"

El sábado decenas de miles de conservadores que están a favor de una bajada de impuestos y una restricción del gasto público tomaron el centro de Washington para protestar lo que consideran las políticas "socialistas" de Obama, en particular su plan para la reforma del sistema de salud.

Axelrod, sin embargo, dijo no creer que esa manifestación "revele la opinión de la Nación". "Creo que no debería distraernos. Mi mensaje a los manifestantes es que están equivocados", sentenció.

En la entrevista con CBS el presidente se quejó de que el debate público "se ha vuelto más grosero" y dijo que "en la era del ciclo de noticias de 24 horas, las voces más altas y más estridentes son las que reciben más atención".

Para contrarrestarlas y recobrar la iniciativa en el debate sobre la reforma, el presidente se ha embarcado en una campaña de relaciones públicas, que le llevó el miércoles a dar un discurso ante el Congreso y el sábado a un acto sobre salud en Minneapolis.

Esta semana se prevé que aborde el tema en intervenciones en Nueva York, Ohio, Pennsylvania y Maryland.

Fuente: EFE