Los ocho países por los que se extiende la selva del Amazonas, en torno a la que se dispone el área más verde del planeta, se disputan estos días esta zona como destino turístico en la Feria Internacional de Turismo de Madrid.

Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guayana, Perú, Surinám y Venezuela son los países que compiten en la oferta turística por el Amazonas, destino que cada vez despierta más interés entre el público.

Conocido como "el pulmón del planeta", que comprende la cuenca central e inferior del río Amazonas, su extensión de seis millones de kilómetros cuadrados constituye la selva tropical más extensa del mundo. Contiene además la mayor biodiversidad del planeta, un tesoro para ecologistas, amantes de la naturaleza y aventureros, que encontrarán allí una experiencia única.

La oferta es amplia y variada puesto que el paisaje va cambiando desde su nacimiento en la cordillera andina, donde la vegetación no es tan frondosa pero se puede asistir a una visión única del río, la vegetación y la montaña, hasta su desembocadura en Brasil.

Perú señala la ciudad de Iquitos, en la región de Loreto (noreste), como la más importante a orillas del Amazonas por su puerto y por su parque natural de Pacaya-Samiria donde, por poner un ejemplo, se pueden observar hasta más de 500 especies de insectos en un mismo árbol, según destacó a Efe Mara Seminario, gerente general de PromPerú.

Además del entorno natural de bosques nebulosos y flora exuberante, el Amazonas a su paso por Perú esconde entre su vegetación algunos tesoros arquitectónicos como La Fortaleza de Kuélap.

Localizada en los Andes Amazónicos, construida en piedra labrada y protegida por una muralla de 20 metros de alto, muestra la destreza del pueblo chachapoya, que habitó la zona entre los años 800 y 1.400 d.C. En este entorno, se han construido algunas viviendas para que los visitantes puedan imaginar la vida de los chachapoya y disfruten de paseos por los parques naturales acompañados de guías locales.

El reencuentro entre el hombre y la naturaleza es la propuesta de Bolivia en la región de Rurrenabaque (noroeste), en un viaje a las sabanas amazónicas en el Parque Nacional Madidi, a los pies de la cordillera de los Andes. Este paraje abarca una diferencia de altitud que va de los 5.600 metros hasta los 180 y allí conviven 3.235 especies.

Los visitantes, en grupos de cuatro o cinco personas máximo, se alojan en cabañas de madera y durante sus recorridos a pie pueden conocer a las comunidades indígenas de Tacana.

Ecuador descubre los volcanes Sangay y El Altar en la Reserva de Producción Faunística Cuyabeno que cubre la mayor parte oriental de la provincia de Sucumbios hasta la frontera con Perú. Entre la frondosa vegetación de bosques de clima húmedo tropical, se pueden identificar en sus lagunas hasta 600 especies de peces y se encuentran delfines rosados.

Otra belleza natural es el Parque Nacional Sumaco-Napo, donde los visitantes encontrarán paisajes de alta montaña, como el Pan de Azúcar y Cerro Negro y cuentan con un sendero que atraviesa seis pisos altitudinales hasta llegar al volcán Sumaco, sobre una llanura rodeada de aguas termales.

Para conocer la máxima expresión de la selva húmeda tropical, Colombia muestra el Parque Nacional Natural de Amacayu (sur), al que se puede acceder en pequeños botes, navegando durante dos horas, hacer senderismo y, como curiosidad, ver la flor de loto más grande del mundo.

En Venezuela, se unen las dos cuencas suramericanas más grandes: el Orinoco y el Amazonas. El país invita a visitar esa confluencia natural y convivir con los habitantes de los pueblos Curripaco y Yanomami.

Además, siguiendo los pasos del Barón Alexander Von Humbold el visitante puede descubrir la Laguna del río Pasiva así como otros de sus afluentes, parajes que han sido declarados reserva de la biosfera por la Unesco.

Por último antes de desembocar en la localidad Manaus, el Amazonas ofrece un espectáculo único al unirse con el Río Negro."Son dos ríos que se encuentran pero no se unen y siguen navegando juntos por kilómetros", cuenta Nickolás Cabral, responsable de promoción del estado brasileño de Amazonas.

La propuesta de Brasil en la parte más baja de la selva es el ecoturismo, con paseos en hoteles-barco y alojamientos en la selva con los indígenas.

Fuente: EFE