El cantante contó con la presencia de su esposa, Olga Garaventa, en los minutos finales de su vida, de acuerdo al relato que hizo de ese momento el cirujano Claudio Burgos. El médicos aseguró que Sandro estaba “obnubilado” pero garantizó que entendía las indicaciones que se le hacían.

Según publicó el diario Crítica de la Argentina, Burgos contó que "cuando se produjo el final", su mujer Olga Garaventa se encontraba parada en la puerta y que la hicieron pasar "para que esté con él".

El cirujano, que veló por la salud del cantante desde la aparición del efisema pulmonar, relató que Sandro murió “obnubilado”, no del todo lúcido si bien respondía órdenes como mover una mano o la pierna.

“Se hizo todo lo posible” para salvarle la vida, indicó pero admitió que no se pudo “vencer la biología” a pesar de que estaban “todas las chances dadas de poder sobrevivir”.

Burgos ratificó que "un cuadro séptico fue lo que mandó la situación hacia la muerte del paciente" y dijo que "los resultados no se lograron pero ha sido un caso muy complejo, se sabía de antemano que era un paciente de alto riesgo".

Finalmente, subrayó que Sandro "fue un gran luchador" y que sorprendió a los médicos "su optimismo y sus ganas de vivir".

Por su parte, su médico personal, Sergio Perrone, habló en exclusiva con C5N y consideró que la muerte de Sandro dejó "varios mensajes", entre ellos que "el tabaquismo es altamente perjudicial y que las adicciones son altamente perjudiciales" para el organismo.

"No sólo el cigarrillo es peligroso y perjudicial; todas las adicciones. El alcohol, el abuso a las drogas de recreación”, remarcó y continuó: “Sandro dejó un mensaje claro: contra esto, contra las adicciones, se puede pelear y se las puede vencer, y se puede abandonar. Él lo hizo y creo que todos lo podemos hacer”.

"Se pelea contra estas adicciones, pero hay que tener fuerza de voluntad. Si se pelea, se puede lograr un beneficio. El logró sobrevivir 15 años", finalizó.