Por una falsa denuncia de robo calificado, los taxistas desataron toda su bronca y se lanzaron a un paro contra la falta de seguridad. Eso fue el año pasado, pero este sábado a la madrugada pudo haber ocurrido algo similar cuando un hombre de 50 años acudió a un patrullero para describir un asalto que no existió.

El chofer Juan Carlos Oliva se acercó a una unidad de la Patrulla Urbana que estaba en Cerrito y Rouillón pasadas las 3.30 para denunciar que un delincuente le había sustraído bajo amenaza, y luego de romper la ventanilla derecha del coche, el equipo de radio taxi y la recaudación de la jornada en Garzón y Pellegrini.

Después, ya en la seccional 14ª, la versión del hombre empezó a perder fuerza y los uniformados dieron cuenta de que se trataba de una falsa denuncia. En realidad, Oliva se había bajado de su auto en Pedro Lino Funes al 2.000 para dejar a su hijo en su casa. Y en ese lapso de tiempo, alguien rompió el vidrio del auto de su patrón y se llevó el módulo; pero nadie tocó la recaudación.

Según las fuentes policiales que describieron el hecho, el chofer pretendía quedarse con el dinero de la jornada y de esa manera estafar al propietario de la licencia. Por eso, optó por la falsa denuncia de un robo calificado. Al final, quedó arrestado preventivamente en la comisaría 14ª.