La ciudad transforma su cara y deja como saldo la lenta desaparición de los lugares vinculados al pasado. La noticia de la remodelación de La Buena Medida puso enfrente de los rosarinos esta mutación, sentida en carne propia por los más fieles del lugar que ahora lanzaron una campaña para salvar el lugar, y mientras tanto surge detrás el debate sobre la preservación versus la renovación de Rosario.

En esta nueva ola de adaptación de los comercios, bares y lugares ligados al entretenimientos –la metamorfosis comenzó arrasando con gran parte de la riqueza urbanísitica de casas y edificios– el bar Victoria parece tener destinado un fin similar al del local de Rioja y Buenos Aires. El viernes pasado, los 14 empleados de ese comercio ubicado en Roca y San Lorenzo, fueron a trabajar como de costumbre, pero se encontraron con un panorama inesperado, el local estaba cerrado y ninguno de sus responsables estaba allí para dar las debidas explicaciones. Ante la gran incógnita, los empleados radicaron una denuncia en la comisaría 3ª donde dejaron asentado su concurrencia al lugar de trabajo.

Una de las personas que trabaja en este lugar, presente en la historia local desde 1920, expresó en conversaciones con Radio 2: “No encontramos a ningún titular”, dijo en referencia a lo sucedido el viernes pasado. “No tenemos ninguna notificación y por eso se complica saber qué pasó”, manifestó la empleada quien advirtió: “La situación venía mal, el bar está mal administrado pero nosotros esperamos que ellos definieran la situación, que llamasen a una convocatoria de acreedores pero nunca que se manejaran así”, se lamentó.

La impermeabilidad de los dueños del bar no ayuda al esclarecimiento de la situación y así, sus empleados, temen por su continuidad laboral por lo que se asesoraron con abogados y el sindicato de Gastronómicos. Algunos indicios que vinculan la situación a un problema económico, de acuerdo a lo expuesto por los trabajadores, son que no se abonaron los sueldos correspondiente al mes de diciembre ni se pagó la factura de la luz. Lo cierto es que, al igual que La Buena Medida, el lugar corre peligro.

El bar Victoria une dos importantes calles céntricas siendo una de las esquinas más clásicas. Su estilo antiguo, de grandes ventanales, barra amplia de madera, faroles de época y un patio como centro, ha sido elegido a lo largo de estas décadas por las sucesivas generaciones como un lugar de encuentro y en estos últimos años se había constituido como un referente para el público adulto.