Al menos doce personas murieron hoy, entre ellas dos policías que estaban en un helicóptero que explotó tras ser tiroteado, mientras ocho colectivos fueron incendiados durante enfrentamientos entre narcotraficantes en Río de Janeiro, informaron fuentes oficiales.
Los conflictos, que generaron pánico en una amplia región de la zona norte de esta ciudad brasileña y también dejaron ocho heridos, entre ellos seis policías, fueron provocados por una disputa entre bandas rivales de narcotraficantes, cuyos disparos alcanzaron a un helicóptero policial que participaba en un operativo contra los pistoleros.
"La policía reaccionó al enfrentamiento entre las bandas rivales y ocupó las áreas del conflicto. Al final conseguimos dar muerte a diez marginales, decomisamos ocho fusiles y una carabina, y arrestamos a una persona", afirmó el secretario de Seguridad Pública de Río de Janeiro, José Mariano Beltrame, en una rueda de prensa.
Dos de los tiradores de elite de la policía que ocupaban el helicóptero murieron carbonizados como consecuencia de la explosión que destruyó por completo el aparato tras aterrizar de emergencia en una cancha de fútbol de un complejo deportivo popular.
Otros cuatro policías, entre ellos un capitán con una herida de bala en una pierna y un agente con quemaduras de gravedad, alcanzaron a ser retirados con vida del helicóptero antes de la explosión.
El piloto de la aeronave fue obligado a aterrizar debido al incendio al parecer provocado por los disparos hechos por los pistoleros que controlan el tráfico de drogas en la favela Morro de Sao Joao.
El helicóptero apoyaba a los policías que realizaban una operación contra la banda de narcotraficantes que actúa en esta barriada pobre y desde la que partió un ataque contra la banda rival que controla el tráfico de drogas en el vecino Morro dos Macacos.
"No sabemos el arma que pudo haber provocado ese problema. Tampoco podemos confirmar si fue un tiro el que lo derrumbó. Nuestra hipótesis es que pudo haber sido un disparo, pero aún es prematuro decir eso", aseguró el coronel Mario Sergio Duarte, comandante general de la Policía Militar de Río de Janeiro.
Según el oficial, que aclaró que la explosión fue provocada por el incendio y no por un posible disparo, el piloto, pese a estar herido, tuvo tiempo de conducir el aparato hasta la cancha de fútbol y evitar una tragedia mayor.
El enfrentamiento entre las bandas rivales de narcotraficantes comenzó en la madrugada del sábado y se extendió hasta primeras horas de la mañana, cuando la policía ocupó la barriada.
Pese a que la policía identificó a las tres primeras víctimas como narcotraficantes, habitantes de la barriada dijeron que eran jóvenes que fueron confundidos con delincuentes cuando regresaban de una fiesta.
Poco después de que la policía ocupara el Morro dos Macacos para intentar poner fin a los conflictos, desconocidos incendiaron ocho autobuses en las favelas de Jacarezinho, Mangueira y Riachuelo, que son controladas por bandas de narcotraficantes aliadas a la que intentó invadir el Morro dos Macacos.
Los ataques contra los automotores fueron atribuidos por la secretaría de Seguridad Pública de Río de Janeiro a un intento de los narcotraficantes de desviar la atención y de impedir que la policía concentre sus acciones de represión en las favelas en conflicto.
El comando de la policía en Río de Janeiro informó que ordenó que comisarías de otras zonas refuercen la presencia policial en los lugares en los que fueron incendiados los autobuses para poder concentrar los batallones de choque en las barriadas en las que los narcotraficantes se enfrentaron.
La policía también informó del arresto de tres de los pistoleros que protagonizaron los enfrentamientos.
Fuente: EFE