El presidente de Alemania, Horst Köhler, y la canciller alemana, Angela Merkel, han coincidido en calificar de "día de la felicidad" la fecha de la caída del Muro de Berlín cuando se cumple el 20º aniversario del acontecimiento.

En una declaración hecha pública desde su oficina, el máximo máximo mandatario germano no quiso olvidar, sin embargo, que este aniversario coincide con el de la Noche de los Cristales Rotos en 1938, cuando el régimen nacionalsocialista inició la persecución sistemática de los judíos con la quema de sus comercios y sinagogas.

"El 9 de noviembre de 1938 y el 9 de noviembre de 1989 están estrechamente ligados", dijo Köhler pocas horas antes de que los actos conmemorativos de la caída del Muro de Berlín culminen con una "Fiesta de la Libertad" ante la Puerta de Brandeburgo ante numerosos estadistas de todo el mundo.

Por su parte, la canciller alemana defendió en una conferencia científica que el "derribo de los muros" que aún quedan en el siglo XXI depende de la disponibilidad de los Estados de transferir competencias a los órganos internacionales "cueste lo que cueste".

En un congreso centrado en los nuevos desafíos mundiales, organizado por la Fundación Einstein de Berlín, la canciller señaló que la caída del Muro, hace hoy veinte años, cambió la polarización política mundial y abrió la puerta al sistema multipolar vigente hoy en día.

"Sólo con un orden global y con cooperación multilateral es posible una convivencia pacífica", manifestó Merkel e instó a los Gobiernos de los países industrializados a colaborar "cada vez más" con las naciones emergentes como la India y China.

Con una misa ecuménica en la iglesia de Gethsemane, a la que asistieron, entre otros, el presidente federal, Horst Köhler, y la canciller alemana, Angela Merkel, comenzaron esta mañana los actos conmemorativos del 20 aniversario de la caída del Muro de Berlín.

El máximo mandatario alemán y la jefa del gobierno germano rindieron así homenaje a las fuerzas opositoras en la extinta RDA que protagonizaron la revoluvión pacifica del verano y otoño de 1989 que condujo al fin de la división alemana.

Situada en el barrio berlinés oriental de Prenzlauer Berg, la iglesia de Gethsemane fue durante las semanas previas a la caída del Muro lugar de encuentro y reunión de la disidencia y la oposición en el este de la capital alemana.

Poco después el alcalde gobernador de Berlín, Klaus Wowereit, visitaba la Capilla de la Reconciliación junto al antiguo puesto fronterizo interberlinés de la Bernauer Strasse, donde fueron encendidas docenas de velas en memoria de quienes perecieron al intentar cruzar el Muro de Berlín para escapar a Occidente.

En el mismo lugar se procedió seguidamente a la inauguración de un nuevo centro de información sobre el Muro de Berlín con imágenes y vídeos sobre la barrera de hormigón que dividió la ciudad y rodeó su sector occidental para aislarlo también del territorio de la RDA.