“No lo descartamos, lo estamos analizando”. Si bien fue escueta, la frase con la que el intendente Miguel Lifschitz respondió la pregunta de los medios sobre la posibilidad de poner más taxis en la calle –para lo cual habría que licitar nuevas licencias– plantea un nuevo escenario en la siempre conflictiva situación del transporte público de la ciudad.

José Tornambé, presidente de la Cámara de Titulares de Licencias de Taxis de Rosario (Catiltar), criticó esa posibilidad ya que nuevos vehículos en la calle implicarán menos trabajo para los que ya están en circulación. “Nos vamos a morir de hambre”, graficó.

Además cargó contra la propuesta porque “va a ocurrir lo mismo que pasó en Córdoba, donde prostituyeron el sistema, lo van a prostituir”. Según una consulta de Telenoche, otros taxistas tampoco aprobaron la respuesta del Ejecutivo porque “a más taxis, menos trabajo” y “poner más licencias es una locura”.

Hasta ahora la postura del municipio era que la relación entre vehículos y habitantes era la adecuada. Una ordenanza municipal de 1980 establece una ecuación de un taxi por cada 350 habitantes. Actualmente hay 3.123 taxis prestando servicio en la ciudad.

Pero un fallo modificó el escenario. La resolución de la Cámara de Apelaciones de Rosario que libera a los taxistas de tener que hacer una jornada mínima de 16 horas y estar conectados a radiollamada (planteos establecidos en las ordenanzas municipales 7889 y 7890 respectivamente) “limita nuestra capacidad de prestar el servicio”, explicó el intendente, quien aseguró que la Secretaría de Servicios Públicos está analizando “la posibilidad de licitar más licencias”. Aunque aclaró que, en caso de que se avance en la posibilidad, todavía no tienen definida la cantidad que se sumaría a las actuales. 

Además, la ONG Usuarios de Servicios Públicos quiere que el Concejo Municipal pida que se otorguen 800 nuevas licencias. Lifschitz dijo no saber “en base a qué estudio se ofrecen estas cifras”.