El presidente de Irán, Mahmud Ahmedineyad, propuso una serie de medidas para superar el alto precio de los alimentos, entre las que figura el acceso al poder de dirigentes "puros y monoteístas", durante su discurso ante la cumbre de seguridad alimentaria que comenzó hoy en Roma.
El dirigente iraní responsabilizó de la crisis alimentaria mundial al sistema capitalista global y a algunos países poderosos, sin llegar a nombrarlos.
En su intervención, Ahmedineyad defendió el uso de la energía nuclear y denunció la existencia de "interferencias" y "manipulaciones" en el mercado del petróleo.
"Mientras el aumento del consumo es menor que el de la producción y el mercado está lleno de petróleo, los precios están subiendo de forma constante en una situación completamente artificial e impuesta", dijo.
El mandatario iraní añadió que "manos visibles y otras escondidas trabajan para controlar los precios de manera ficticia con el objeto de alcanzar sus metas políticas y económicas".
Después relacionó el aumento del precio del petróleo y el de los alimentos.
"De una parte, mantienen artificialmente el precio del petróleo y los impuestos que gravan su consumo y, de otra, animan a la producción de combustible procedente de los productos agrícolas. Luego, consideran esto una excusa para aumentar el precio de los alimentos", comentó.
E incluso peor, a su juicio, los países poderosos "forman una barrera contra el desarrollo de la producción y el uso de la energía nuclear, que es limpia y barata".
Luego criticó la ONU cuando se preguntó: "¿Cómo pueden los mecanismos de las Naciones Unidas mejorar la situación cuando algunos de esos poderosos están en el Consejo de Seguridad?".
Frente a esa situación mundial y para afrontar la crisis alimentaria, propuso "la propagación de un pensamiento religioso y humano y unos valores éticos", junto con ocho medidas concretas.
Entre esas medidas, figura la de "hacer esfuerzos universales para la expansión de reglas éticas y valores humanos, así como facilitar el acceso al poder de dirigentes puros y monoteístas".
Además, propuso "la creación de una organización independiente y poderosa, que obedezca a todos los países, para regular el mercado de los alimentos y organizar todas las cuestiones relacionadas con la producción y el consumo".
También sugirió que una parte del gasto militar se destine a la mejora de la producción de alimentos y al subsidio de los pobres, ya que "la seguridad se puede establecer sin la expansión de armas letales y mediante la amabilidad; pero no se puede vivir sin comer".
Además, exigió "obligar a los poderosos a restablecer la paz y la amistad en lugar de la ocupación y la guerra y a gastar sus recursos militares en reformar la situación agrícola del mundo".


