Daniel Cuenca, ministro de Seguridad designado por Hermes Binner, dijo que uno de los objetivos de su gestión será vaciar totalmente de presos las comisarías y que para ello una de las alternativas será otorgar, “en casos puntuales”, el beneficio del arresto domiciliario para reclusos que estén al final de la condena.

Cuenca fue consultado por el periodista Luis Novaresio, en Radio 2, a propósito del fallo judicial que ordena el desalojo del “excedente” de presos de comisarías rosarinas.

El futuro ministro dijo que esa es una orden para el actual gobierno y que el 12 de diciembre tendrá que ver qué grado de cumplimiento tiene, pero que no entra en colisión con sus propios planes, que pasan por “erradicar la población de presos” alojados en comisarías. “Es un temita complicado pero hay que hacerlo”, enfatizó.

Para cumplir el objetivo de liberar de presos las seccionales policiales la idea, dijo Cuenca, es por un lado continuar con la construcción de cárceles –en ese marco sostuvo que se analizarán los proyectos ya preadjudicados– y también se van a estudiar “alternativas” para casos en los que pueda haber “otros mecanismos que no sea estar detenidos ocupando una plaza”.

Una de esas alternativas podría ser el arresto domiciliario sobre el final de la condena, aunque aclaró que no sería una medida de carácter “masivo” sino para casos “muy puntuales” y nunca para procesados.

Consultado sobre si esto puede ser conveniente ante la repetición de casos de presos con salidas transitorias que se figan o vuelven a delinquir –incluso hubo un condenado por homicidio que volvió a matar– sostuvo que “es la excepción que confirma la regla”. Y que si el fin de la pena es la rehabilitación, ésta pasa “al final de la condena por las salidas transitorias”.

“Lo que se hace es cumplir con la Constitución, con las leyes y los pactos internacionales. Puede haber un caso en que no haya funcionado, que se haya fallado en el diagnóstico, pero es la excepción”, insistió.

Cuenca remarcó que el beneficio de la prisión domiciliario será siempre que “no haya riesgo de fuga” y dijo que se va a estudiar la posibilidad de usar tobilleras electrónicas para tener un seguimiento permanente del recluso beneficiado.