Siempre que llovió paro. Bueno, al parecer no siempre. Hacía cien años que en el segundo mes del año no se registraba una caída de agua tan abundante. Es por eso que el paraguas se convierte en el adminículo destinado a evitar que lleguemos empapados a destino. Pero, ¿cómo conservarlos sin que se oxiden las varillas? ¿Cómo quitarle las manchas de moho?

Parece obvio y hasta natural, sin embargo los días lluviosos de los que está siendo presa la zona parecen no tener fin y el estado de estos protectores impermeables contra el agua no siempre se conserva de la mejor manera.

En “Cómo se hace para”, mencionan algunos consejos para tenerlo siempre listo:

1- Es fundamental guardar el paraguas siempre bien seco, dado que la humedad puede dañar la tela hasta el punto de pudrirse y oxidar las varillas, como así también el mecanismo de apertura. Para eso, hay que dejarlos abiertos al aire libre o en un lugar que no sea húmedo, hasta que escurran toda el agua y la tela esté completamente seca.

2- Si el paraguas se manchó, hay varías fórmulas que puedes usar para eliminarlas. Pasar sobre el paraguas abierto una esponja humedecida en una mezcla de agua y vinagre. Si las manchas son de moho, utilizar agua con unas gotas de amoniaco y frotar con un cepillo de cerdas suaves. Si las manchas son rebeldes, utilizar algún quitamanchas.

3- Para limpiar los pliegues, también se puede utilizar una mezcla de jugo de limón con media cucharadita de bicarbonato, pasar sobre las marcas y dejar actuar unos 15 minutos. En todos los casos, aclarar bien y dejar secar.

4- En algunos casos, los paraguas no suelen estar bien impermeabilizados, para solucionar este inconveniente, basta con abrir el paraguas y rociar tanto por fuera como por dentro con laca de pelo y dejar secar unas 12 horas.

5- Llevarlo a favor del viento para que no se de vuelta, aunque esto no siempre es posible.

6- Si aún así todo esto no funciona, volver a comprarse uno no está demás, en especial en un año que promete tenernos pasados por agua un tiempo más.