River quiere sumar sangre campeona a su ofensiva. El presidente millonario, Daniel Passarella, quiere sumar al plantel a Walter Erviti, enganche de Banfield, a quien conoció cuando lo dirigió en el Monterrey de México.

La complicación en este caso tiene que ver con que el mediocampista campeón con Banfield tiene la chance de jugar la Copa Libertadores, competencia de la que River no participará en la primera mitad de 2010.

Los dirigentes ‘millonarios’ ya recibieron la negativa por parte del entorno de Pablo Guiñazú, quien seguirá en Inter de Porto Alegre, y la necesidad que tiene Astrada de incorporar al plantel a un volante zurdo hizo que los ojos se trasladen a Erviti.

En ataque surgió el nombre del colombiano Jackson Martínez, goleador y figura de Independiente Medellín, y la idea es utilizar el principio del ‘Kaiser’ de pagar para ver, es decir, préstamo con opción de compra por rendimiento.

El paraguayo Pablo Velázquez, delantero de Rubio Nú, genera desconfianza en los pasillos del estadio Monumental porque es ofrecido a varios clubes en cada mercado de pases.

Joaquín Larrivey, con pocos minutos en Cagliari, declaró hoy que su intención es volver al fútbol argentino, advirtió que le gustaría volver a Vélez, pero no descartó jugar en otro equipo argentino como River, Central y Estudiantes, también interesados en él.

Pero Larrivey aclaró que, en caso de volver, será porque le compraron al menos la mitad del pase, algo que los dirigentes del Cagliari no están dispuestos a ceder porque quieren retener de alguna forma al delantero.

El primer puesto de la “columna vertebral” que pidió Astrada fue un defensor central, y en ese contexto Roberto Ayala suena con más fuerza porque en Zaragoza evalúan una limpieza en el plantel.

Otro defensor que llegaría es Juan Manuel Díaz, de Estudiantes de La Plata, cuyo representante, Miguel Pires, mantiene una buena relación con el vicepresidente ‘millonario’, Diego Turnes.

Hernán Pellerano, actualmente en el Almería, declaró en los últimos días que tiene ganas de volver a la Argentina, pero para jugar en Boca.

Por las dudas, en River se aseguraron seis meses más a Gustavo Cabral, con quien se mantiene una deuda importante desde la gestión de José María Aguilar.

River intentará en el próximo semestre dejar atrás un flojísimo año calendario, en el que complicó seriamente su promedio y ni siquiera logró la clasificación a la Copa Libertadores, algo que no sucedía desde 1994.

Fuente: Télam