Todo por unos piojos. Alrededor de las 15.30 de ayer se desencadenó a bordo del interno 265 de la línea 110 una verdadera batahola.

Es que mientras el colectivo transitaba a la altura de Urquiza al 1400 Carina G., de 32 años, sentada en uno de los últimos asientos, empezó a sacar minuciosamente los piojos que su hijo de cinco años tenía en la cabeza.

Ante la sorprendente escena, dos mujeres que viajaban en el colectivo miraron azoradas a la mamá que combatía la pediculosis en un sitio muy singular y no pudieron quedarse calladas.

Ana G., de 60 años, le dijo a su hija, Cecilia A., de 26, que "la mujer no podía hacer eso adelante de todos los pasajeros, que era una sucia y que los iba a contagiar a todos".

Carina G. escuchó los comentarios de las mujeres y sin mediar palabra se les lanzó encima y golpeó brutalmente a madre e hija con trompadas y rasguños.

La batahola de las tres mujeres que quedaron trenzadas a los golpes terminó en la seccional, 3ª donde fueron demoradas.