Este jueves se llevaron a cabo las audiencias imputativas a los 18 policías involucrados en la persecución fatal del 23 de junio pasado, que terminó con las vidas de David Campos y Emanuel Medina. Todos quedaron con prisión preventiva menos cinco mujeres beneficiadas con prisión domiciliaria. Entre los 18 agentes, uno fue individualizado por los homicidios y a los otros 17 se los imputó por encubrimiento. Para el fiscal de Homicidios Dolosos Adrián Spelta hay indicios de que la escena fue adulterada.

En contacto con la prensa tras la audiencia, Spelta admitió que le llamó la atención que el segundo móvil policial llegó apenas segundos después que el otro y “tienen la necesidad de haber observado o participado de la adulteración de la escena”.

Para el fiscal, si se analiza la escena hay algunos datos que no cierran y que hacen sospechar que hubo una manipulación de la evidencia para encubrir los asesinatos. Señaló que se contaron 15 impactos pero sólo se recuperaron nueve vainas en el piso; además, advirtió que en el Volkswagen Up en el que viajaban Campos y Medina no se encontró ningún plomo pese a que los cuerpos de ambos presentan heridas de bala con orificios de entrada y salida.

Por otro lado, indicó que el arma que tenía Campos, un revolver calibre 38, “no fue percutado”, lo que no encaja con los restos de pólvora que encontraron en sus manos. El dato sí coincide con las sospechas de los familiares de las víctimas que creen que “a David y a Emanuel les plantaron armas viejas” y particularmente a Campos “le pusieron pólvora” para que el dermotest diera positivo.

Spelta también habló sobre un arma que habría sido disparada por uno de los policías imputados pero de la que no se encontraron vainas; sería clave para determinar de dónde provino uno de los proyectiles encontrados en uno de los cuerpos y que quedó sin identificar. De ahí que el fiscal destacó la importancia de los informes de las pruebas balísticas.

Finalmente se refirió al video grabado por una persona hacia el final de la persecución donde se escuchan cuatro detonaciones de las que no se tiene registro y alguien grita “los quemaron”. “Esto no fue plasmado en el acto, no lo denunciaron y eso forma parte de la adulteración”, dijo el fiscal.