Kevin Santos, un niño brasileño de dos años, fue declarado muerto el pasado viernes en un hospital del norte de Brasil. Pero en un día después, durante el funeral y según el relato del padre, se levantó y pidió agua. Lo volvieron a llevar al hospital, y los médicos ratificaron finalmente que había fallecido.

Según los médicos la causa de la muerte era insuficiencia respiratoria, deshidratación y neumonía.

Fue en el funeral, cuand según su padre el pequeño se se reincorporo y dijo: “¿Puedo tomar un poco de agua?”.

“Entonces pensamos que era un milagro y nuestro hijo había vuelto a la vida”, relató Antonio Santos. Pero volvió a recostarse en su ataúd y no volvió a dar señales de vida, pese los intentos de la familia de hacerlo despertar.

Al chiquito lo llevaron hasta el mismo hospital donde un día antes le habían dado por muerto, y nuevamente fue declarado fallecido ya que no tenia constantes vitales.

“Quince minutos después llegar al hospital y lo llevaran para reanimarlo, vinieron, me informaron que estaba muerto y me entregaron su cuerpo. Me aseguraron que él realmente estaba muerto y no me dieron ninguna explicación de lo que habíamos visto y oído”, contó el hombre.